¿Puede el Cristiano Practicar el Pecado si no Está Sujeto a la Ley?¿Puede el Cristiano Practicar el Pecado si no Está Sujeto a la Ley?

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2 de septiembre de 2010

¿Puede el Cristiano Practicar el Pecado si no Está Sujeto a la Ley?

Los cristianos no están supuestos a guardar la ley con el propósito de obtener o sostener la salvación. Los cristianos son salvos de la justa ira de Dios por la obra de Cristo en la cruz (Romanos 5:9; 1ª Corintios 15:1-4), por gracia a través de la fe (Efesios 2:8), y no por las obras de la ley (Romanos 3:28). Adicionalmente, Romanos 7:6, dice: «Pero ahora estamos libres de la ley, por haber muerto para aquella en que estábamos sujetos, de modo que sirvamos bajo el régimen nuevo del Espíritu y no bajo el régimen viejo de la letra». Por lo tanto, no estamos obligados a guardar la ley para poder ser salvos.

Sin embargo, no somos libres para practicar el pecado, solo porque no estemos más bajo la ley.


«¿Qué diremos, entonces? ¿Continuaremos en pecado para que la gracia abunde? ¡De ningún modo! Nosotros, que hemos muerto al pecado, ¿cómo viviremos aún en él?» (Romanos 6:1-2).
«Porque ustedes, hermanos, a libertad fueron llamados; solo que no usen la libertad como pretexto para la carne, sino sírvanse por amor los unos a los otros» (Gálatas 5:13).


Los versículos anteriores nos dicen que no debemos perseverar en el pecado, ni usar nuestra libertad como pretexto para hacer lo malo. Además, las Escrituras nos advierten contra la práctica del pecado:

  • «El que practica el pecado es del diablo, porque el diablo ha pecado desde el principio. El Hijo de Dios se manifestó con este propósito: para destruir las obras del diablo. Ninguno que es nacido de Dios practica el pecado, porque la simiente de Dios permanece en él. No puede pecar, porque es nacido de Dios» (1ª Juan 3:8-9).
  • «Sabemos que todo el que ha nacido de Dios, no peca; sino que Aquel que nació de Dios lo guarda y el maligno no lo toca» (1ª Juan 5:18).

Cumpliendo la Ley Amando a Dios, a Nosotros Mismos y a Nuestro Prójimo

  • «’Maestro, ¿cuál es el gran mandamiento de la ley?’. 37 Y Él le contestó: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente. 38 Este es el grande y primer mandamiento. 39 Y el segundo es semejante a este: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. 40 De estos dos mandamientos dependen toda la ley y los profetas’» (Mateo 22:36-40).
  • «Un mandamiento nuevo les doy: ‘que se amen los unos a los otros’; que como Yo los he amado, así también se amen los unos a los otros» (Juan 13:34).

Por los anteriores versículos, estamos supuestos a amar a Dios, a nosotros mismos y a nuestro prójimo, lo cual es, según Jesús, el cumplimiento de la ley.

Si amamos, evitaremos el pecado. Por lo tanto, aunque como cristianos no estamos supuestos a guardar la ley para ser salvos, estamos supuestos a guardarla al amar a Dios, a nosotros mismos, y a nuestro prójimo. También usamos la ley como una guía por la que sabemos qué es lo bueno y qué es lo malo de forma más precisa y clara.

Por lo tanto, no estamos supuestos a practicar el pecado. Jesús murió en la cruz para librarnos del pecado, no para que lo siguiéramos practicando:

  • «Pero ahora, habiendo sido libertados del pecado y hechos siervos de Dios, tienen por su fruto la santificación, y como resultado la vida eterna» (Romanos 6:22).

Por Matt Slick

Presidente y Fundador del Ministerio de Apologética e Investigación Cristiana. Matt obtuvo su Licenciatura en Ciencias Sociales en la Universidad Concordia, en Irvine, California en 1988. Obtuvo su Maestría en Divinidades en el Seminario Teológico de Westminster en Escondido, California en 1991.

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