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21 de noviembre de 2010
A la pregunta, si los curas católicos los únicos que pueden exorcizar, la respuesta es que no son los únicos. La autoridad para expulsar demonios y espíritus malignos no reside en una estructura eclesiástica, sino en la autoridad otorgada a los cristianos redimidos por la sangre de Cristo. Los cristianos tienen la autoridad de ser llamados hijos de Dios:
- «Pero a todos los que lo recibieron, les dio el derecho de llegar a ser hijos de Dios, es decir, a los que creen en Su nombre» (Juan 1:12).
Primero
- Jesús dio autoridad a los discípulos sobre los espíritus inmundos de acuerdo a Mateo:
- 10:1: «Llamando a Sus doce discípulos, Jesús les dio poder sobre los espíritus inmundos para expulsarlos y para sanar toda enfermedad y toda dolencia»
- 18:18: «En verdad les digo, que todo lo que ustedes aten en la tierra, será atado en el cielo; y todo lo que desaten en la tierra, será desatado en el cielo».
Segundo
- A Jesús se le dio Toda Autoridad
- «Acercándose Jesús, les dijo: ‘Toda autoridad me ha sido dada en el cielo y en la tierra’» (Mateo 28:18).
- Jesús expulsó a los demonios
- «Y si Yo expulso los demonios por Beelzebú, ¿por quién los expulsan los hijos de ustedes? Por tanto, ellos serán sus jueces» (Mateo 12:27).
- «En ese momento estaba en la sinagoga de ellos un hombre con un espíritu inmundo, el cual comenzó a gritar: 24 ‘¿Qué tienes que ver con nosotros, Jesús de Nazaret? ¿Has venido a destruirnos? Yo sé quien Tú eres: el Santo de Dios’. 25 Jesús lo reprendió, diciendo: ‘¡Cállate, y sal de él!’. 26 Entonces el espíritu inmundo, causándole convulsiones al hombre, gritó a gran voz y salió de él» (Marcos 1:23-26. Leer, Marcos 5:1-13; 9:25-26; 16:17; Lucas 9:1; 10:17; 11:19).
Tercero
- A Pablo (Hechos 16:16-18) y a los judíos (Hechos 19:13) también se les dio autoridad sobre los espíritus inmundos.
Conclusión
Puesto que los cristianos tenemos la autoridad de ser hijos de Dios (Juan 1:12), también tenemos el derecho de invocar el nombre del Señor Jesucristo, y con la autoridad que Él posee, los cristianos podemos realizar exorcismos, aunque tal empeño nunca debe tomarse a la ligera. Es algo muy serio.