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Dios creó a Satanás como un ángel de luz con libertad para rebelarse. Dios es la causa eficiente de todo lo que existe. Dios es también infinitamente bueno, de lo contrario, no existiría norma o estándar por lo que establecer la bondad. Es también imposible para Dios, el cual es, infinitamente bueno, crear alguna cosa con imperfecciones o maldad en sí misma. De la misma manera como el hombre fue creado bueno y se rebeló, esta misma verdad aplica a Satanás.
El siguiente pasaje es entendido comúnmente como una descripción de la caída de Satanás del cielo después de rebelarse contra Dios:
- «Y fue arrojado el gran dragón, la serpiente antigua que se llama el diablo y Satanás, el cual engaña al mundo entero; fue arrojado a la tierra y sus ángeles fueron arrojados con él» (Apocalipsis 12:9).
Satanás es el enemigo de Dios y Su pueblo. Él es el tentador (Mateo 4:1; 1ª Pedro 5:8), el acusador (Zacarías 3:1), y quien hiere (Job 2:7). Su destino final es el tormento eterno que lo espera a él una vez que la victoria de Dios sobre todo lo maligno sea completada:
- «Cuando los mil años se cumplan, Satanás será soltado de su prisión, 8 y saldrá a engañar a las naciones que están en los cuatro extremos de la tierra, a Gog y a Magog, a fin de reunirlas para la batalla; el número de ellas es como la arena del mar. 9 Y subieron sobre la anchura de la tierra, rodearon el campamento de los santos y la ciudad amada. Pero descendió fuego del cielo y los devoró. 10 Y el diablo que los engañaba fue arrojado al lago de fuego y azufre, donde también están la bestia y el falso profeta; y serán atormentados día y noche por los siglos de los siglos» (Apocalipsis 20:7-10).
