Visite También Nuestras Secciones, Acerca de Doctrina y Preguntas
5 de noviembre de 2010
El Alma: ¿Deja de Existir Después de la Muerte?
No, el alma no deja de existir después de la muerte. La Biblia nos enseña claramente en el Nuevo Pacto que continuamos nuestra existencia aun, después de la muerte. Antes de repasar las Escrituras que afirman la existencia del alma después de la muerte, aquellos que afirman el sueño del alma a menudo se refieren al Viejo Pacto sacando su doctrina solo de este Pacto.
Eclesiastés
9:5:
- «Porque los que viven saben que han de morir, Pero los muertos no saben nada, Ni tienen ya ninguna recompensa, Porque su recuerdo está olvidado».
12:7:
- «Entonces el polvo volverá a la tierra como lo que era, Y el espíritu volverá a Dios que lo dio».
Con frecuencia, las personas que sostienen esta postura y se remiten a Eclesiastés olvidan el contexto.
Capítulo 1:1-3 de Eclesiastés
- «Palabras del Predicador, hijo de David, rey en Jerusalén. 2 ‘Vanidad de vanidades’, dice el Predicador, ‘Vanidad de vanidades, todo es vanidad’. 3 ¿Qué provecho recibe el hombre de todo el trabajo Con que se afana bajo el sol?».
Observe que está escribiendo sobre cosas desde una perspectiva humana, de lo que está «bajo el sol». No está dando declaraciones doctrinales sobre la vida después de la muerte. Desde la perspectiva humana, cuando mueres, los muertos no saben nada en que el espíritu vuelve a Dios que lo dio. Pero ninguna de estas afirmaciones significa que el alma deje de existir.
Lo que Afirmarán los Partidarios del Sueño del Alma
Dirán que la frase, «los muertos no saben nada» significa que no existen. Pero de nuevo, esto está escrito desde la perspectiva de la gente en la tierra. Además, no interpretamos el Nuevo Pacto a la luz del Viejo. Es el NP el que interpreta el VP. Por eso nos fijamos en lo que dice la Palabra de Dios en su totalidad.
Mateo 17:1-8
vv. 1-4:
- «Seis días después, Jesús tomó con Él a Pedro, a Jacobo y a Juan su hermano, y los llevó aparte a un monte alto. 2 Delante de ellos se transfiguró; y Su rostro resplandeció como el sol y Sus vestiduras se volvieron blancas como la luz. 3 En esto, se les aparecieron Moisés y Elías hablando con Él. 4 Entonces Pedro dijo a Jesús: ‘Señor, bueno es que estemos aquí; si quieres, haré aquí tres enramadas, una para Ti, otra[c] para Moisés y otra para Elías’».
vv. 5-8:
- «Mientras estaba aún hablando, una nube luminosa los cubrió; y una voz salió de la nube, diciendo: ‘Este es Mi Hijo amado en quien Yo estoy complacido; óiganlo a Él’. 6 Cuando los discípulos oyeron esto, cayeron sobre sus rostros y tuvieron gran temor. 7 Entonces Jesús se les acercó, y tocándolos, dijo: ‘Levántense y no teman’. 8 Y cuando alzaron sus ojos no vieron a nadie, sino a Jesús solo».
La Transfiguración de Cristo
El pasaje habla de la transfiguración. Lo que es importante notar es que Moisés y Elías estaban ambos vivos aun cuando el mundo los consideraba «muertos». En otras palabras, no estaban todavía en sus cuerpos resucitados porque la resurrección general aún no ha sucedido. Por lo tanto, podemos ver claramente que aun después de la muerte, hay dos personas visas que no están en sus cuerpos físicos.
Lucas 16:19-31
vv. 19-23:
- «Había cierto hombre rico que se vestía de púrpura y lino fino, celebrando cada día fiestas con esplendidez. 20 Y un pobre llamado Lázaro que se tiraba en el suelo a su puerta cubierto de llagas, 21 ansiaba saciarse de las migajas que caían de la mesa del rico; además, hasta los perros venían y le lamían las llagas. 22 »Sucedió que murió el pobre y fue llevado por los ángeles al seno de Abraham; y murió también el rico y fue sepultado. 23 En el Hades el rico alzó sus ojos, estando en tormentos, y vio* a Abraham a lo lejos, y a Lázaro en su seno».
vv. 24-26:
- «Y gritando, dijo: ‘Padre Abraham, ten misericordia de mí, y envía a Lázaro para que moje la punta de su dedo en agua y refresque mi lengua, pues estoy en agonía en esta llama’. 25 ‘Pero Abraham le dijo: ‘Hijo, recuerda que durante tu vida recibiste tus bienes, y Lázaro, igualmente, males; pero ahora él es consolado aquí, y tú estás en agonía. 26 Además de todo esto, hay un gran abismo puesto entre nosotros y ustedes, de modo que los que quieran pasar de aquí a ustedes no pueden, y tampoco nadie puede cruzar de allá a nosotros’».
vv. 27-31:
- «Entonces él dijo: ‘Te ruego, pues, padre, que lo envíes a la casa de mi padre, 28 pues tengo cinco hermanos, de modo que él los prevenga, para que ellos no vengan también a este lugar de tormento’. 29 Pero Abraham dijo: ‘Ellos tienen a Moisés y a los profetas; que los oigan a ellos’. 30 Y el rico contestó: ‘No, padre Abraham, sino que si alguien va a ellos de entre los muertos, se arrepentirán’. 31 Pero Abraham le contestó: ‘Si no escuchan a Moisés y a los profetas, tampoco se persuadirán si alguien se levanta de entre los muertos’».
Lo que Vemos en Este Pasaje
Podemos ver que Lázaro y el hombre rico después de que cada uno ha muerto, eran conscientes y autoconscientes. Es evidente que Jesús está enseñando que el alma sobrevive después de la muerte. Sin embargo, hay quien dirá que se trata de una parábola. Por supuesto, el problema con esta teoría es que las parábolas no tienen nombres propios. En este caso, hay un individuo específico nombrado: Lázaro. Además, si fuera una parábola, entonces ¿qué está diciendo Jesús con la ilustración de la conciencia después de la muerte y antes de la resurrección? La respuesta más lógica es que Jesús nos estaba enseñando que hay vida después de la muerte.
2ª Corintios 5:8
- «Pero cobramos ánimo y preferimos más bien estar ausentes del cuerpo y habitar con el Señor».
Pablo nos está diciendo que preferiría estar «ausente del cuerpo» (o fuera del mismo), y «habitar» en casa con el Señor. Si el sueño del alma es una doctrina verdadera, entonces ¿cómo es posible estar ausente del cuerpo y habitar al mismo tiempo en casa con el Señor? No tendría ningún sentido.
2ª Corintios 12:1-4
- «El gloriarse es necesario, aunque no es provechoso. Pasaré entonces a las visiones y revelaciones del Señor. 2 Conozco a un hombre en Cristo, que hace catorce años (no sé si en el cuerpo, no sé si fuera del cuerpo, Dios lo sabe) el tal fue arrebatado hasta el tercer cielo. 3 Y conozco a tal hombre (si en el cuerpo o fuera del cuerpo no lo sé, Dios lo sabe) 4 que fue arrebatado al paraíso, y escuchó palabras inefables que al hombre no se le permite expresar».
Entendiendo Correctamente Esta Sección de las Escrituras
Para hacerlo, necesitamos saber qué significa el término «tercer cielo». En la teología judía, se menciona la existencia de tres «cielos». El primero trata de la región atmosférica (Deuteronomio 11:17; 28:12; Jueces 5:4; Hechos 14:17). El segundo se refiere a la región del espacio exterior (Salmo 19:4, 6; Jeremías 8:2; Isaías 13:10) y el último o «tercer cielo» es la morada de Dios (1º Reyes 8:30; Salmo 2:4; Mateo 5:16).
Lo que Pablo Está Describiendo
Por lo tanto, cuando Pablo dice que conoció a alguien que fue arrebatado al tercer cielo, estaba hablando de entrar en esa morada de Dios. Él dice que no sabe si ocurrió en el cuerpo o fuera de este. Si el sueño del alma es una doctrina verdadera, no se podría decir que esa persona que está fuera de su cuerpo (que no había muerto), también estaba con Dios al mismo tiempo. Simplemente no tendría sentido. Por lo tanto, el cese de la conciencia del alma después de la muerte física no es una doctrina enseñada en las Escrituras.