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NOTA: A menos que se diga lo contrario, las citas son tomadas de la Biblia Textual 4ª Edición — BTX.
Abreviaturas: VP: Viejo Pacto o Antiguo Testamento. NP: Nuevo Pacto o Nuevo Testamento
Por, Luke Wayne
19 de abril de 2016
¿Por qué Jesús es Llamado la Palabra?
El evangelio de Juan inicia de forma muy conocida por todos: «En el principio ya era la Palabra, y aquel que es la Palabra era con el Dios, y la Palabra era Dios» (OSO – La Biblia de Casiodoro de Reina [1569]). Juan 1:14-18 aclara que esta «Palabra» de quien está hablando es Jesucristo. Este pasaje es uno de los más claros y poderosos testimonios a la deidad / divinidad de Cristo en el Nuevo Pacto. Sin embargo hay un detalle que tenemos por costumbre de pasar por alto: ¿Por qué Juan llama a Jesús «la Palabra»? La respuesta es, que el término «la Palabra» era muy significativo en la cultura judía de la época, e hizo de hecho, más claro el punto de Juan acerca de quién era Jesús.
Nota Aclaratoria
- Para el siguiente artículo, tengo una gran deuda de gratitud al Dr. Michael Brown, no sólo por su trabajo publicado en la serie «Respondiendo a las objeciones judías a Jesús» (“Answering Jewish Objections to Jesús”)(particularmente el Volumen 2) de la cual deriva gran parte de esta investigación, sino también por mantener una correspondencia personal conmigo que me ayudó a desarrollar sobre su trabajo. Para más información sobre este tema, lo direcciono a su buen trabajo.
El Trasfondo del Viejo Pacto (VP)
En Génesis 1, leemos acerca de Dios trayendo todas las cosas a existencia. El Salmo 33:6 declara: «Por la Palabra de YHVH fueron hechos los cielos, Y todas sus constelaciones por el aliento de su boca». La creación fue traída a existencia a través de la Palabra de Dios, así como Juan lo vio de la Palabra: «Todo existió por Él, y sin Él, nada de cuanto existe existió» (Juan 1:3). Aún más, la Palabra de Dios es descrita muchas veces en el VP como una enviada de Dios para cumplir una misión, y aun regresar a Él después:
Isaías 55:10-11
- «Como la lluvia y la nieve desciende de los cielos, Y no vuelve allá, sino que riega la tierra, Y la hace germinar y producir, Y da semilla al que siembra, y pan al que come, 11 Así será mi Palabra que sale de mi boca: No volverá a mí vacía, Sino que hará lo que Yo quiero, Y cumplirá aquello para lo cual la envié».
Salmo
107:19-20:
- «Pero clamaron a YHVH en su angustia, Y Él los libró de su tribulación; 20 Envió su palabra y los sanó, Y los libró de sus sepulcros».
147:15-18:
- «El que envía su mensaje a la tierra, Y su Palabra corre velozmente. 16 El que envía la nieve como lana, Y esparce la escarcha como ceniza. 17 El que arroja su granizo como mendrugos, ¿Quién puede resistir su helada? 18 Envía una orden, y los derrite, Hace que su viento sople, y fluyen las aguas».
Salmo 56,
En este salmo ofrece alabanza en adoración a la Palabra de Dios.
- 4: «En Elohim, cuya Palabra alabo, En Elohim he confiado, no temeré. ¿Qué puede hacerme el hombre?».
- 10-11: «En ’Elohim, cuya Palabra alabo, en YHVH, cuya palabra alabo, 11 En Dios he confiado, no temeré. ¿Qué puede hacerme el hombre?».
Note como termina el salmo:
- 13: «Porque has librado mi alma de la muerte, Y mis pies de la caída, Para que ande delante de ’Elohim en la luz de la vida».
Compare lo anterior con el testimonio de Juan acerca de la Palabra:
- «En Él había vida, y la vida era la Luz de los hombres» (Juan 1:4).
Las Tradiciones Judías
Solo el registro del VP nos presenta algunos paralelos fascinantes entre Jesús y la Palabra de Dios. Sin embargo, al tiempo del Nuevo Pacto esto había sido más desarrollado en el pensamiento judío. Como explica el erudito judío mesiánico Dr. Michael Brown:
- «Debido a que Dios fue percibido con frecuencia como algo ‘intocable’, fue necesario proporcionar algún tipo de semejanza entre el Señor y su creación terrenal. Uno de los eslabones importantes fue ‘la Palabra’, llamada ‘memra’ en arameo (de la raíz hebrea y aramea ‘decir’, la raíz utilizada a lo largo del relato de la creación en Génesis 1, cuando Dios dijo y el mundo material llegó a existir). Encontramos este concepto de ‘memra’ cientos de veces en los tárgums arameos, las traducciones y paráfrasis de las escrituras hebreas que eran leídas en las sinagogas antes, durante y después del tiempo de Jesús».[1. Michael L. Brown, «Answering Jewish Objections to Jesus – Volume 2: Theological Objections» (Baker Books, 2000) 18-19.]
El Tárgum de Génesis 28:20-21
Primero
En este, en lugar de jurar que el Señor será su Dios, Jacob jura que la Palabra del Señor será su Dios.[2. ibíd. 21.]
Segundo
En el tárgum de Génesis 9:12, en vez de un pacto entre Dios y Noé, un pacto es hecho entre la Palabra de Dios y Noé.[3. ibíd. 19.]
Tercero
En lugares como Éxodo 20:1, los tárgums muestran aún la Palabra hablando palabras propias de Sí,[4. ibíd. 20.] y en un tárgum tardío de Deuteronomio 4:7, la Palabra es descrita aun como sentada en Su trono y recibiendo las oraciones del pueblo.[5. ibíd. 21.]
Filo de Alejandría
El filósofo judío, Filo de Alejandría, también, y en gran medida, se basó en esta tradición de la Palabra para explicar las relaciones con Su creación. Escribiendo en griego, él utilizó la palabra «logos» más que la palabra aramea «memra».[6. ibíd. 21-22.] Logos es la misma palabra que Juan utilizó en su evangelio.
Los Samaritanos
Parece que los samaritanos compartieron una tradición similar. En una obra apócrifa samaritana conocida como «Samaritano Josué» (“Samaritan Joshua”),[7. Este documento no fue considerado de ninguna manera como inspirado o con autoridad, pero es una fuente interesante de la tradición samaritana e interpretación de ciertos asuntos.] la historia de Balaam de Números 22-24 es vuelta a contar. Cuando Dios confronta a Balaam, el texto dice:
- «Dios entonces deseó hacer una manifestación de Sus misterios: He aquí que no podía hacer esto Él mismo, ni podía hacerlo por medio de aquel que adoraba a la manera de los hijos de Israel, ni podía hacerlo escribiendo ni por medio de ninguno de Sus ángeles, sino solamente enviándole a Él Su propio Mandato. Y el compañero de Balaam, al contemplar la visión del Mandamiento de Dios, huyó».[8. Robert T. Anderson and Terry Giles, «Tradition Kept: The Literature of the Samaritans» (Hendrickson Publishers, 2005) 72.]
El Mandamiento de Dios Continúa Conversando con Balaam
Y lo hace hablando en primera persona como Dios. Los misterios de Dios no pueden ser revelados por algún simple agente, ni aun un ser angelical. En un sentido, Dios no puede aparecérsele a Balaam (lo cual es coherente con Éxodo 33:20 «Dijo también: No podrás ver mi rostro, pues no me verá el hombre y vivirá».) Sin embargo, por medio del envío del mismo mandamiento de Dios aparece ante Balaam y revela Sus misterios. Así como dice Juan 1:18: «Nadie ha visto jamás a Dios; el Unigénito Dios, que está en el seno del Padre, Él lo reveló».
Conclusión
Cuando todo esto se une, vemos que los judíos en la época de Jesús entendieron que la Palabra de Dios era mucho más que una simple comunicación por medio del idioma o lenguaje. Esta era personal, interactiva, y viva. Fue enviada por Dios para revelarlo. Habló como Él y fue digna de alabanza y adoración. La Palabra podía, correctamente, ser reconocida como diferente a Dios, pero podía decirse correctamente, que era el único y verdadero.
Juan 1:1
- «… y el Logos [el Verbo / la Palabra] estaba ante Dios, y Dios era el Logos [el Verbo / la Palabra] …».
Explicación del Dr. Brown
Si Juan hubiera escrito simplemente que, «‘Dios se convirtió en un ser humano’, hubiera dado una falsa impresión, llevándolo a uno a pensar que el Señor no estaría llenando más el universo o reinando en el cielo, habiendo abandonado su trono para tomar residencia aquí en la tierra. Más bien, Juan nos dice que fue la divina Palabra la que se convirtió en un ser humano, y a través de la Palabra conocemos personalmente a Dios».[9. Michael L. Brown, «Answering Jewish Objections to Jesus – Volume 2: Theological Objections» (Baker Books, 2000) 22.]
Así, al usar el lenguaje de «la Palabra», Juan expresó cuidadosamente la realidad de que Jesús era total y completamente el único y verdadero Dios, pero Él no agotó todo lo que Dios es. El Padre, quien envió al Hijo, es también el único y verdadero Dios. Dios envió a Dios, y aquí en esto no hay contradicción. Juan llamó a Jesús, «la Palabra» para ayudarnos a ver esto.