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2 de junio de 2016
¿Qué Significa «tener libertad» en Cristo?
Me gustaría introducirlo a la libertad que tenemos los cristianos en Jesús. Pero antes, necesito hablar acerca de la ley.
Muchas personas en grupos como la Iglesia de Jesucristo de los SUD y los testigos de Jehová, viven bajo leyes y expectativas sociales que pueden ser sofocantes. Y esto se debe, a que cuando la salvación de alguien es atada a su conducta, actitud, apariencia, y un tener que seguir de reglas, podría entonces existir muy poca libertad para vivir, cometer errores, y crecer. Más bien, las personas viven en medio del temor. El resultado, es vivir en un sistema de organización o iglesia donde la apariencia es importante. Donde el fracaso es menospreciado y su nivel social depende de su piedad hacia el exterior. Por lo tanto, es esos lugares, las personas usarán su mejor sonrisa y cara, pero no compartirán verdaderamente graves problemas en sus vidas.
¿Cómo son Estas Actitudes?
Impías.
Es bueno que Jesús nos ame a pesar de lo que somos, a pesar de nuestras imperfecciones. Jesús no nos ama debido a nuestra apariencia externa, o porque podemos guardarnos nosotros mismos de pecar, o porque lo tengamos todo compartido, o porque seamos sinceros. Más bien, Jesús nos ama por lo que ÉL es; no por lo que nosotros pretendamos ser.
1ª Juan 4:19
- «Nosotros amamos porque Él nos amó primero».
Dios es santo, puro, infinito, justo, y como dicen las Escrituras, «Dios es amor» (1ª Juan 4:8). La naturaleza del amor es, dar.
Juan
3:16:
- «Porque de tal manera amó Dios al mundo, que dio a Su Hijo unigénito, para que todo aquel que cree en Él, no se pierda, sino que tenga vida eterna».
15:13:
- «Nadie tiene un amor mayor que este: que uno dé su vida por sus amigos».
Entonces, el amor está centrado en la otra persona, y es sacrificial. Y Dios nos ama por causa de Él; no por causa de nosotros.
Respondemos a Su Amor
Por lo tanto, cuando amamos a Dios, este amor es una respuesta a Su amor primero. De la forma como el amor de un padre no está condicionado a la conducta del hijo, tampoco el amor de Dios estará condicionado por nuestra conducta. Pero donde exista un sistema religioso que falle para establecer el verdadero evangelio (el solo amor sacrificial de Cristo), entonces, Dios no mora verdaderamente en este. Por lo tanto, y debido a que Dios no está viviendo realmente en la persona, la persona tiene que guardar las leyes y ordenanzas para hacer la diferencia. Él o ella tienen que actuar adecuadamente, hacer lo correcto, y sostener ese estilo de vida para que puedan ser aceptados totalmente como una persona adecuada y «espiritualmente madura».
Reemplazando la Verdad de Dios por Leyes Humanas
Esta es la razón por la que grupos religiosos no cristianos que predican un falso evangelio, reemplazarán la verdad de Dios por sus regulaciones. Y lo hacen, porque no entienden que las regulaciones, las leyes de pureza que deben guardar para ser aceptables entre sí y ante Dios, revelan su falta de libertad en Cristo. En las Escrituras se encuentra un simple principio que es aplicable aquí:
- «Reconozcamos esto: que la ley no ha sido instituida para el justo, sino para los transgresores y rebeldes, para los impíos y pecadores, para los irreverentes y profanos, para los que matan a sus padres o a sus madres, para los asesinos» (1ª Timoteo 1:9).
Trate de Considerar la Ley Como un Grupo de Reglas Externas que nos Guían
Los verdaderos cristianos no están obligados a guardar las leyes de Dios para que sus pecados sean perdonados. Si así fuera el caso, la salvación estaría basada en nuestra capacidad. También significaría que Dios estaría mostrando favoritismo al «salvar» a alguien que ha sido, «lo suficientemente bueno». Más bien, la ley es una guía para el verdadero cristiano. La ley nos ayuda cuando tenemos dudas acerca de lo que debemos o no, hacer. Pero no es por guardar la ley lo que nos hará justo delante de Dios o entre nosotros.
Romanos
3:28:
- «Porque concluimos que el hombre es justificado por la fe aparte de las obras de la ley».
4:5:
- «pero al que no trabaja, pero cree en Aquel que justifica al impío, su fe se le cuenta por justicia».
5:1:
- «Por tanto, habiendo sido justificados por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo».
NOTA: Justificación, y de acuerdo a la ley, es la condición de ser justo delante de Dios.
Cuando somos cristianos, el Señor Jesús y el Padre, moran en nosotros (Juan 14:23: «Jesús le respondió: ‘Si alguien me ama, guardará Mi palabra; y Mi Padre lo amará, y vendremos a él, y haremos con él morada’»). Como Él vive en nosotros, no necesitamos la ley. Lo tenemos a Él. Esto no significa que estaría bien quebrantar la ley de Dios. No debemos robar; mentir, etc. Pero cuando Cristo vive en nosotros, y cuando experimentamos Su amor y presencia, entonces, y de forma «accidental» guardamos la ley porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones. Amar a Dios, amarnos a nosotros mismos y amar a nuestro prójimo es el cumplimiento de la ley (Mateo 22:37-40). Y esto es, ¡¡libertad!!!
Libertad en Cristo
Lucas 4:18:
- «EL ESPÍRITU DEL SEÑOR ESTÁ SOBRE MÍ, PORQUE ME HA UNGIDO PARA ANUNCIAR EL EVANGELIO A LOS POBRES. ME HA ENVIADO PARA PROCLAMAR LIBERTAD A LOS CATURIVOS, Y LA RECUPERACIÓN DE LA VISTA A LOS CIEGOS; PARA PONER EN LIBERTAD A LOS OPRIMIDOS».
Juan 8:32, 36:
- «32 y conocerán la verdad, y la verdad los hará libres’. 33 Ellos le contestaron: ‘Somos descendientes de Abraham y nunca hemos sido esclavos de nadie. ¿Cómo dices Tú: ‘Serán libres’?’. 36 Así que, si el Hijo los hace libres, ustedes serán realmente libres».
Hechos 13:38-39:
- «Por tanto, hermanos, sepan que por medio de Él les es anunciado el perdón de los pecados; 39 y que de todas las cosas de que no pudieron ser justificados por la ley de Moisés, por medio de Él, todo aquel que cree es justificado».
Gálatas 5:1:
- «Para libertad fue que Cristo nos hizo libres. Por tanto, permanezcan firmes, y no se sometan otra vez al yugo de esclavitud».
Una de las señales de ser un verdadero cristiano, además de creer en el evangelio verdadero, es experimentar, en Cristo, la libertad. Entendemos que no tenemos que guardar la ley para complacer a Dios. Entendemos que el favor de Dios sobre nosotros no depende de nuestra obediencia o nuestro guardar la ley. El favor de Dios sobre nosotros es debido a lo que Jesús hizo en la cruz. Por lo tanto, ¡¡¡somos libres!!!
Lo que Significa Nuestra Libertad
Tenemos libertad para beber café, té, mirar una película, reír, tomar una copa, y disfrutar la vida. Sí, somos libres de hacerlo … pero sin pecar.
Sin embargo, nuestra libertad significa que no debemos hacer que nadie tropiece. No debemos abusar de nuestra libertad. No debemos ser descuidados. Al contrario, somos libres de vivir y no preocuparnos acerca de cómo nuestra conducta afecta la actitud de Dios hacia nosotros, porque Su actitud es de amor y aceptación, lo que está garantizado por el sacrificio de Jesús. Pero esto no quiere decir que Él no va a disciplinarnos si nos desviamos. Después de todo, Él disciplina a los que ama (Hebreos 12:6: «PORQUE EL SEÑOR AL QUE AMA, DISCIPLINA, Y AZOTA A TODO EL QUE RECIBE POR HIJO»). Debemos ser cuidadosos y no usar nuestra libertad para hacer que alguien tropiece.
Romanos 14:21-22:
- «Es mejor no comer carne, ni beber vino, ni hacer nada en que tu hermano tropiece. 22 La fe que tú tienes, tenla conforme a tu propia convicción delante de Dios. Dichoso el que no se condena a sí mismo en lo que aprueba».
1ª Corintios 8:13:
- «Por tanto, si la comida hace que mi hermano caiga en pecado, no comeré carne jamás, para no hacer pecar a mi hermano».
Gálatas 5:13:
- «Porque ustedes, hermanos, a libertad fueron llamados; solo que no usen la libertad como pretexto para la carne, sino sírvanse por amor los unos a los otros».
En cierto sentido, en el Nuevo Testamento existen leyes. Pero piense acerca de estas: Amar a Dios, a nosotros mismos y al prójimo (Mateo 22:37-40). Estas nos llaman a expresar el amor de Dios en su vida; a Ud., a sus hermanos y hermanas en Cristo, y a su prójimo. Pero, una vez más, no debe usar esa libertad para hacer que alguien tropiece.
Morir en Cristo a la Ley
Existe un concepto del que los cristianos no están conscientes. Con frecuencia lo enseño, para que puedan experimentar la libertad que tienen en Jesús. El concepto es simple. Como cristianos hemos muerto con Cristo, y por lo tanto, hemos muerto también a la ley. Esto significa que la ley no tiene más jurisdicción sobre nosotros.
Romanos 7:1, 4, 6:
- «1 ¿Acaso ignoran, hermanos, (pues hablo a los que conocen la ley), que la ley tiene jurisdicción sobre una persona mientras vive? 4 Por tanto, hermanos míos, también a ustedes se les hizo morir a la ley por medio del cuerpo de Cristo, para que sean unidos a otro, a Aquel que resucitó de entre los muertos, a fin de que llevemos fruto para Dios. 6 Pero ahora hemos quedado libres de la ley, habiendo muerto a lo que nos ataba, de modo que sirvamos en la novedad del Espíritu y no en el arcaísmo de la letra».
Gálatas 2:19-20:
- «Pues mediante la ley yo morí a la ley, a fin de vivir para Dios. 20 ‘Con Cristo he sido crucificado, y ya no soy yo el que vive, sino que Cristo vive en mí; y la vida que ahora vivo en la carne, la vivo por la fe en el Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí».
Porque estamos en Cristo, se puede afirmar que, cuando Él murió en la cruz, nosotros morimos con Él. Esta es la razón por la que se afirma que hemos sido crucificados con Cristo. Por lo tanto, somos libres de la ley.
1ª Corintios 15:22:
- «Porque así como en Adán todos mueren, también en Cristo todos serán vivificados».
Romanos
6:6:
- «Sabemos esto, que nuestro viejo hombre fue crucificado con Cristo, para que nuestro cuerpo de pecado fuera destruido, a fin de que ya no seamos esclavos del pecado».
7:4:
- «Por tanto, hermanos míos, también a ustedes se les hizo morir a la ley por medio del cuerpo de Cristo, para que sean unidos a otro, a Aquel que resucitó de entre los muertos, a fin de que llevemos fruto para Dios».
1ª Corintios 6:12
- «Todas las cosas me son lícitas, pero no todas son de provecho. Todas las cosas me son lícitas, pero yo no me dejaré dominar por ninguna».
La razón por la que todas las cosas nos son lícitas a los cristianos se debe a que hemos muerto a la ley, y ya la ley no tiene control sobre nosotros. Esto significa que somos increíblemente libres. Somos libres para tratar de complacer a Dios, y fallar. Pero entender que nuestros fracasos no dañan nuestra relación con Él, ni tampoco ponen en peligro nuestra salvación. De hecho, somos libres para triunfar y fallar. Para amar a Dios, a nosotros mismos, y a nuestro prójimo. Para divertirnos, para no ser perfectos, para no complacer a nuestros amigos en la iglesia para que nos acepten socialmente, y lograr dignidad espiritual. Somos libres para descansar en Cristo y en nuestra libertad. Podemos explorar lo que significa vivir la vida y no vivir en temor. Somos libres de los requisitos de la ley, y por lo tanto, libres para descansar en Cristo.
«Vengan a Mí, todos los que están cansados y cargados, y Yo los haré descansar» (Mateo 11:28).