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Existen diferentes escuelas de pensamiento con relación a la extensión de cómo nos ha afectado el pecado. Sin duda, el pecado trae muerte (Romanos 6:23). La muerte no es una parte natural de la creación de Dios. Cuando el pecado entró al mundo, la muerte también entró (Romanos 5:12). Pero, ¿en qué extensión y cuán profundamente somos afectados por el pecado?
Los teólogos reformados sostienen la doctrina de la total depravación. Esta es la enseñanza de que el pecado nos ha afectado en todo nuestro ser: cuerpo, alma y espíritu; lo que incluye también nuestras emociones, mente y decisiones. Aún más, la posición reformada declara que el efecto del pecado en nuestras personas hace a los no creyentes incapaces de escoger a Dios por sí mismos debido a que el pecado nos ha dejado muertos, ciegos (Efesios 2:3) e incapaces de entender las cosas espirituales (1ª Corintios 2:14).
En contraste, la posición arminiana declara que el pecado nos ha afectado en todo lo que somos, pero que no nos ha afectado la escogencia de ejercer la libre voluntad del no creyente. Esta posición declara que el no creyente es todavía capaz de escoger o rechazar a Dios por Sí mismo: todo lo que esa persona necesita es la intervención del Espíritu Santo.
Sin embargo, la extensión del efecto por la caída del pecado se continuará debatiendo por los teólogos cristianos ya que las Escrituras no declaran explícitamente su profundidad.
El pecado también nos ha afectado por su influencia en el mundo. Todo lo que necesitamos hacer es mirar a nuestro alrededor para ver cómo crecemos hasta haceros viejos, enfermos y morimos. En otras palabras, el mundo está decayendo y donde lo notamos primero es en nuestro cuerpo. También vemos el efecto del pecado en las sociedades que guerrean unas contra otras. Existe el caos, los asesinatos, robos, adulterio, mentira, etc. Nuestras cárceles están llenas con aquellos que son gobernados por el pecado; lo cual es, rebelión contra la verdad de Dios.
El pecado también ha afectado al mundo con relación a los terremotos, inundaciones, tormentas, sequías, etc. Los cuales son el resultado de un mundo imperfecto debido al pecado que corre en éste. Cuando Adán cayó, el mundo entero se afectó por su caída. Adán representaba todo el orden creado ya que Dios le dio dominio sobre éste. Por lo tanto, cuando Adán se rebeló se llevó al mundo con su caída y como dicen las Escrituras, también el mundo espera su redención:
- «Porque la creación fue sometida a vanidad, no de su propia voluntad, sino por causa de aquel que la sometió, en la esperanza 21 de que la creación misma será también liberada de la esclavitud de la corrupción a la libertad de la gloria de los hijos de Dios. 22 Pues sabemos que la creación entera a una gime y sufre dolores de parto hasta ahora» (Romanos 8:20-22).
El pecado será totalmente redimido con el regreso de Cristo quien destruirá al pecado y a la muerte totalmente. Hasta ese día, luchamos contra el pecado en nuestros cuerpos carnales así como también por los efectos de éste en la creación.