¿Quiénes Llegan al Cielo?¿Quiénes Llegan al Cielo?

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Ante todo, un devocional es un tiempo que usted toma de su día para enfocarse en la persona de Dios ya sea en oración y / o en las verdades bíblicas. Pero primero, prepare su corazón y mente para que Su verdad divina le sea revelada. Segundo, este es un tiempo de quietud que nos sirve para reflexionar, confesar nuestros pecados, examinarnos y adorar a quien merece toda honra y gloria. Finalmente, nuestros devocionales deben estar centrados en la persona de Cristo y buscar movernos hacia una relación más íntima y personal con nuestro Señor.

Sin embargo, tenga cuidado. Porque aunque desde nuestro Ministerio tratamos siempre de utilizar los versículos en su contexto, como cristiano o cristiana, es su deber revisarlo todo.

¿Quiénes Llegan al Cielo?
¿Quiénes Llegan al Cielo?

¿Quiénes Llegan al Cielo?

Tómese un corto tiempo para responder esta pregunta. Usted podrá pensar: «Yo llegaré al cielo porque pertenezco a esta religión». «Porque soy bueno y amo a las personas». «Porque me bautizaron, reconfirmaron y asisto a la iglesia todos los domingos». Pero, de acuerdo a la Palabra de Dios, ¿es esto así? ¿Llegaremos al cielo por lo que nosotros somos, hacemos y / o pensamos? De acuerdo a la Palabra de Dios hay sólo una forma de llegar al cielo.

«Pero a todos los que lo recibieron, les dio el derecho de llegar a ser hijos de Dios, es decir, a los que creen en Su nombre» (Juan 1:12).

Hay entonces una primera pregunta: «¿Cómo recibo a Jesús para cumplir el versículo anterior?». Recibir a Jesús es confesarlo con tu boca y creer en tu corazón que Dios lo levantó de entre los muertos:

  • «Más bien, la Biblia dice: «El mensaje de Dios está cerca de ti; está en tu boca y en tu corazón.» Y ese mismo mensaje es el que les traemos: que debemos confiar en Dios. Pues si ustedes reconocen con su propia boca que Jesús es el Señor, y si creen de corazón que Dios lo resucitó, entonces se librarán del castigo que merecen. 10 Pues si creemos de todo corazón, seremos aceptados por Dios; y si con nuestra boca reconocemos que Jesús es el Señor, Dios nos salvará» (Romanos 10:8-10).

¿Es todo? Sí. ¡¿Y tantos años de esfuerzo personal, de religiosidad, y de ser llevado de un lado para otro, y con sólo abrir mi boca, soy salvo?! Así es. Por eso te invitamos a que hagas esta corta oración de fe. Pero recuerda, ninguna oración salva. Tampoco puedo garantizarte que si la haces, irás al cielo inmediatamente. Lo importante, es entonces, que empieces a creer en Aquel que ya pagó por todos tus pecados.

«Dios Poderoso. Confieso con mi boca a Jesús, Tu Hijo, como mi Señor y mi Dios. Creo con el corazón que Tú lo levantaste de entre los muertos. ¡Escribe mi nombre en el libro de la vida y no lo borres jamás!».

Por Carlos E. Garbiras

Carlos Enrique Garbiras es Director general en Ministerio de Apologética e Investigación Cristiana (MIAPIC). Actualmente, sirve en predicación y enseñanza de la Palabra de Dios en Bogotá, donde dirige además la Escuela de Estudios Teológicos MIAPIC.

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