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«Y te acordarás de todo el camino por donde el Señor tu Dios te ha traído por el desierto durante estos cuarenta años, para humillarte, probándote, a fin de saber lo que había en tu corazón, si guardarías o no sus mandamientos» (Deuteronomio 8:2).
Básicamente, y con relación a este versículo, la posición del teísta abierto es que, debido a que Dios no conoce el futuro, Él tiene que probar a las personas para ver qué es lo que hay en sus corazones. Pero aquí se presenta un problema debido a que en el teísmo abierto, Dios conoce ampliamente todas las cosas del presente. Si Dios va a probar a las personas para ver lo que hay en sus corazones, ¿no significa esto que Dios no sabe lo que ya hay en el corazón? Esto, no tendría sentido, ni aun en el teísmo abierto. Si el teísta abierto dice que Dios prueba para descubrir lo que habrá en los corazones de ellos, entonces, les mostraré nuevamente el texto, el cual, no habla de esa forma. El texto habla del pasado.
Deuteronomio 8:2 es un ejemplo de antropomorfismo combinado con una expresión de prueba. O sea, Dios está hablando en formas y términos humanos para el beneficio del pueblo. En este caso, es para revelarles a ellos la naturaleza de sus corazones delante de Dios.
Dios conoce todas las cosas (1ª Juan 3:20). Él prueba a las personas, no para determinar aquello que Él no conoce, sino porque Dios está trabajando dentro de nuestro marco de tiempo. Dios se adecúa a nuestro pensamiento para así, enseñarnos y revelarnos Su voluntad.