Orar es parte esencial de la vida cristiana. Sin esta, ni su vida ni su testimoniar serán efectivos y usted será más vulnerable al enemigo. Cuando testifica necesitará la bendición y el apoyo del Señor. De ahí, la importancia de orar cuando evangeliza.
«Entonces dijo a Sus discípulos: «La cosecha es mucha, pero los obreros pocos. 38 Por tanto, pidan al Señor de la cosecha que envíe obreros a Su cosecha»» (Mateo 9:37-38).
Cuando testifique, usted planta la semilla del evangelio; pero es Dios quien la hace crecer:
- «Yo planté, Apolos regó, pero Dios ha dado el crecimiento. 7 Así que ni el que planta ni el que riega es algo, sino Dios, que da el crecimiento» (1ª Corintios 3:6-7).
La Importancia de Orar Cuando Evangeliza
En su oración constante, usted le pide a Dios que dé ese crecimiento; además, le pide que, a través del Espíritu Santo, convenza al pecador de su pecado y por ese despertar, la necesidad de salvación:
- «Por nada estén afanosos; antes bien, en todo, mediante oración y súplica con acción de gracias, sean dadas a conocer sus peticiones delante de Dios» (Filipenses 4:6).
Piense un poco en su salvación. ¿No cree que había personas orando y pidiéndole a Dios por su conversión?
Oraciones en la Biblia
Jesús oró frecuentemente (Mateo 14:23; 26:36; Marcos 6:46; Lucas 5:16; Juan 17). Pablo oró (Romanos 1:9; Efesios 1:16). Esteban oró (Hechos 7:55-60). De igual manera, usted debe orar. Dios quiere que le ore y que tenga con Él, comunión (Juan 1:1-4). Y es que una de las razones es que nuestra lucha no es contra carne y sangre, sino contra poderes y fuerzas espirituales de oscuridad (Efesios 6:12). En el mundo espiritual es donde se lleva a cabo la verdadera batalla. Por eso, necesita orar. La oración es uno de los medios ordenados por Dios para que usted se involucre en la guerra espiritual, y para que comparta el evangelio, el cual es definitivamente, una batalla espiritual.
Otra razón por la que debe orar es para que Dios lleve a cabo Su perfecta voluntad en Su tiempo y momento (2º Reyes 20:1-7). Por medio de esta oración, Dios llevó a cabo Su voluntad predeterminada de extenderle la vida al rey Ezequías.
Esta es la razón por la que el cristiano puede ser un testigo efectivo al pedirle a Dios que haga Su perfecta voluntad para que, en Su tiempo, salve a quienes se les testifica.
¿Por qué Orar?
Ore al Señor por más personas para que testifiquen. Jesús, específicamente le pide que le ore al Señor de la mies para que envíe más obreros a Su mies (Mateo 9:37-38). Y usted es uno de esos obreros en un mundo de pecadores. Jesús quiere que las personas sepan de la salvación, para que disfruten de una relación eterna y gozosa con Él. Jesús quiere que usted anuncie las buenas nuevas de salvación a través del evangelio para hacer discípulos para Él:
- «Vayan, pues, y hagan discípulos de todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo» (Mateo 28:19)
Su testimonio puede ser o no verbal. De cualquier forma, necesita orar y pedirle a Dios que le fortaleza, amor y comprensión.
Ore por compasión por el perdido. La compasión es un elemento necesario al testificar. Lo motiva a hablar, enseñar y orar para que otros entren en el reino de Dios. La compasión le ayuda a llorar por los perdidos, y venir a Dios en humilde solicitud por la salvación de ellos.
Orar por el deseo de testificar. Ore regularmente por esto, y vea cómo el Señor lo cambia y le coloca un deseo en su corazón de alcanzar al perdido, hablándole a él o a otros más acerca de Jesús. De acuerdo con Su voluntad Dios concederá sus oraciones y gozo inundará su corazón en la medida en que lleve a cabo la gran comisión de Dios de testificar.
Ore por poder. Así, dará su paso de fe y hablará cuando sea necesario. Muchos cristianos son tímidos ya que, con solo hablar una palabra en nombre del Señor puede ser riesgoso y aterrador. El poder le dará el ánimo para arriesgarse, aun cuando quede en ridículo y le toque soportar el desprecio:
- «Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio. 8 Por tanto, no te avergüences del testimonio de nuestro Señor, ni de mí, prisionero Suyo, sino participa conmigo en las aflicciones por el evangelio, según el poder de Dios» (2ª Timoteo 1:7-8)
Ore para que el Señor ate en autoridad a Satanás y sus huestes. Existe una jerarquía de demonios buscando estorbar su testimonio y robar la semilla del evangelio que usted plante. No podemos pelear contra espíritus usando la razón, ya que nuestra lucha no es contra sangre y carne (o sea personas de carne y hueso). Por lo tanto, pídale que pelee Él. Con oración usted puede asaltar el campo enemigo y debilitar su reino falso. La oración es un arma poderosa la cual necesitará si va a testificar.
Ore por sus necesidades. ¿Tiene usted una comunión íntima con Dios? ¿O necesita una comunión con Él? ¿Tiene pecados que necesita confesar para ser perdonados? Si es así, entonces, ore. Disfrute el privilegio que tiene de venir ante el Creador del universo el cual, y de acuerdo con Su voluntad, suplirá sus necesidades. Él lo ama. Él quiere escucharlo y que usted presente sus necesidades ante Él:
- «Por nada estén afanosos; antes bien, en todo, mediante oración y súplica con acción de gracias, sean dadas a conocer sus peticiones delante de Dios» (Filipenses 4:6).
Obstáculos en la Oración
Orar es importante por muchas razones, especialmente en el testificar. Pero la oración puede tener obstáculos. Por lo tanto, para que sus oraciones y su testificar puedan ser tan efectivos como sea posible, una discusión acerca de esos obstáculos es necesaria. ¿Aplica alguna de estas para usted?
- El pecado obstaculiza la oración:
- «Si observo iniquidad en mi corazón, El Señor no me escuchará» (Salmo 66:18).
- Todos pecamos, pero ¿tiene usted pecados no confesados o no se ha arrepentido de estos? Si es así, confiéselos, arrepiéntase y continúe testificando y orando:
- «Por tanto, habiendo pasado por alto los tiempos de ignorancia, Dios declara ahora a todos los hombres, en todas partes, que se arrepientan» (Hechos 17:30).
- El egoísmo obstaculiza la oración:
- «Piden y no reciben, porque piden con malos propósitos[a], para gastarlo en sus placeres» (Jacobo 4:3).
- Examínese. Esté seguro de que sus oraciones no están motivadas por deseos egoístas. Si encuentra que el egoísmo es un factor, confiéselo y arrepiéntase.
- «Piden y no reciben, porque piden con malos propósitos[a], para gastarlo en sus placeres» (Jacobo 4:3).
- La duda obstaculiza la oración:
- «Pero que pida con fe, sin dudar. Porque el que duda es semejante a la ola del mar, impulsada por el viento y echada de una parte a otra» (Jacobo 1:6).
- Todos dudamos. Todos fallamos, pero cuando lo hacemos, recordemos al hombre que le dijo a Jesús:
- «Al instante el padre del muchacho gritó y dijo: «Creo; ayúdame en mi incredulidad»». (Marcos 9:24).
- Todos dudamos. Todos fallamos, pero cuando lo hacemos, recordemos al hombre que le dijo a Jesús:
- «Pero que pida con fe, sin dudar. Porque el que duda es semejante a la ola del mar, impulsada por el viento y echada de una parte a otra» (Jacobo 1:6).
- Recuerde que Dios le ha dado una medida de fe:
- «Porque en virtud de la gracia que me ha sido dada, digo a cada uno de ustedes que no piense de sí mismo más de lo que debe pensar, sino que piense con buen juicio, según la medida de fe que Dios ha distribuido a cada uno» (Romanos 12:3).
- Créale a Dios cuando empiece a tener dudas. Esto no necesariamente significa cuánta fe tiene usted, sino en quién está puesta su fe. Coloque la fe que Dios le dio, en Jesús. Créale a Él. Y observe cómo Él le es fiel.
- «Porque en virtud de la gracia que me ha sido dada, digo a cada uno de ustedes que no piense de sí mismo más de lo que debe pensar, sino que piense con buen juicio, según la medida de fe que Dios ha distribuido a cada uno» (Romanos 12:3).
- El orgullo obstaculiza la fe: Jesús, del fariseo y el publicano que estaban orando. El fariseo se jactaba de sí mismo mientras que el publicano le pedía misericordia a Dios:
- «Les digo que este descendió a su casa justificado pero aquel no; porque todo el que se engrandece será humillado, pero el que se humilla será engrandecido» (Lucas 18:14).
- Jesús nos muestra que el orgullo es pecado y que éste, obstaculiza la oración:
- «Pero Él da mayor gracia. Por eso dice: DIOS RESISTE A LOS SOBERBIOS PERO DA GRACIA A LOS HUMILDES» (Jacobo 4:6).
- Tenga la misma actitud que el Hijo de Dios tuvo en el cielo, el cual se humilló tomando naturaleza humana. Si es orgulloso, confiese este pecado, arrepiéntase y continúe en humildad. Humíllese ante la poderosa mano de Dios.
- Jesús nos muestra que el orgullo es pecado y que éste, obstaculiza la oración:
- «Les digo que este descendió a su casa justificado pero aquel no; porque todo el que se engrandece será humillado, pero el que se humilla será engrandecido» (Lucas 18:14).
- Una relación pobre entre un marido y su esposa obstaculiza la oración. Aunque parezca que esto está fuera de lugar, no es así. Una adecuada relación con su esposa o esposo es muy importante. Si existen problemas de egoísmo, orgullo, discusiones, ira, falta de perdón o cualquiera de los múltiples obstáculos que pueden desarrollarse en el matrimonio, entonces, sus oraciones tendrán obstáculo. ¿Cómo le va con su esposo o esposa? ¿Está testificando mientras existen problemas con su pareja?
- «Por tanto, si estás presentando tu ofrenda en el altar, y allí te acuerdas que tu hermano tiene algo contra ti, 24 deja tu ofrenda allí delante del altar, y ve, reconcíliate primero con tu hermano, y entonces ven y presenta tu ofrenda» (Mateo 5:23-24).
- ¿Se ha reconciliado con su esposa o esposo antes de ofrecer sacrificios de testimonio y oración al Señor? Si no es así, entonces, reconcíliese para que sus oraciones no tengan obstáculo:
- «Ustedes, maridos, igualmente, convivan de manera comprensiva con sus mujeres, como con un vaso más frágil, puesto que es mujer, dándole honor por ser heredera como ustedes de la gracia de la vida, para que sus oraciones no sean estorbadas» (1ª Pedro 3:7).
- «Por tanto, si estás presentando tu ofrenda en el altar, y allí te acuerdas que tu hermano tiene algo contra ti, 24 deja tu ofrenda allí delante del altar, y ve, reconcíliate primero con tu hermano, y entonces ven y presenta tu ofrenda» (Mateo 5:23-24).
La Oración es un Privilegio
Además de ser un privilegio, la oración es una herramienta poderosa. Sin ésta, parecerá un trabajador tonto, en los campos de la muerte. Ore, y pídale al Señor de la mies que resucite a los muertos a vida eterna. Doble sus rodillas en comunión con su Señor y déjele que Él lo lave en Su presencia y lo llene con Su Espíritu Santo. En la oración usted se encuentra con Dios y es donde es moldeado. Ore.
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