¿Judíos? ¿Gentiles? ¿Quiénes Somos Realmente?¿Judíos? ¿Gentiles? ¿Quiénes Somos Realmente?

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¿Judíos? ¿Gentiles? ¿Quiénes Somos Realmente?

Como gentiles que éramos, por el simple hecho de haber creído y recibido a Jesús, se nos ha dado el derecho de ser ahora hijos de Dios. De nacer de nuevo del nacimiento que solo proviene de Dios o de lo alto. Pero ¿nos hace esto judíos inmediatamente y dejamos de ser gentiles? ¿Qué vendríamos a ser verdaderamente? Conoce el cristiano, el que por derecho es hijo de Dios, ¿quién es realmente en Cristo? ¿Por qué los cristianos no conocen su verdadera identidad en Él y continúan buscando «identidad» en herejías?

Es cierto, que en muchas ocasiones he usado la expresión «gentil» para poder establecer una diferencia, como también la usa Pablo. NO somos judíos por raza ni por costumbres. Tampoco por adopción. Ni siquiera por haber sido injertados al olivo natural. De igual manera no me vuelvo judío por estar ahora «en Cristo».

Lo que le Sucede al Judío al Creer y Recibir a Cristo

Bíblicamente, se une con Cristo y es uno con Él, de la misma manera como sucede con un gentil. El cual, al creer y recibir a Cristo se une también con Él y se hace uno con el Señor. Por eso, no existe diferencia entre judío y gentil. Porque ambos pueblos son, ahora UNO. Solo en Cristo. Si consideramos que todavía en Cristo debemos tener diferencias o pretendamos volvernos judíos buscando alguna supuesta «raíz hebrea», somos ignorantes de la Palabra de Dios.

Efesios 2

Es otro capítulo de los tantos que utiliza Pablo para advertirnos de, que debemos guardarnos: «de los perros … de los malos obreros … y de la falsa circuncisión («mutiladores del cuerpo» en otras versiones)» (Filipenses 3:2). Es decir, de todos los judaizantes de este siglo.

Pablo usa ahora el término «perros» de forma invertida; ya no para los gentiles sino para los judaizantes. Durante siglos los judíos han aplicado este término (perros) a los gentiles, tal y como lo vemos en el diálogo con Jesús y una mujer cananea. Esta, evidentemente había escuchado acerca de la esperanza mesiánica de Israel. Pero en el pasaje de Mateo 15:21-28, Jesús usa «perro» para probar la fe de la mujer que le hace la petición de sanidad para su hija.

Lo que Pablo Afirma

Que los cristianos «están disfrutando del banquete espiritual, en tanto que los judíos son quienes comen los ‘desperdicios de las normas carnales'».[1. Lightfood. Tomado del Comentario Bíblico Moody, Nuevo Testamento, Filipenses, página 376.]

Deseo que tenga en cuenta la expresión «la falsa circuncisión o mutiladores del cuerpo» para este argumento contra estos personajes disfrazados de ovejas, pero que por dentro son lobos rapaces que quieren mutilar el cuerpo de Cristo (Mateo 7:15; Hechos 20:29). Y no por ignorancia. Son aquellos mencionados en Apocalipsis 2:9: «… y la blasfemia (o calumnia) de los que dicen ser judíos y no lo son, sino que son sinagoga de Satanás», quienes enviados por el mismo Satanás están creando confusión dentro de Su Cuerpo, Su Iglesia. No SU NACIÓN. Solo Su pueblo, tomado de dos pueblos (judíos y gentiles) es ahora, UNO: «quien de ambos pueblos hizo uno, derribando la pared intermedia de separación» (Efesios 2:14). Pero NO para que seamos UNO como judíos.

Efesios 2:11-22

Este pasaje, usa un subtítulo añadido y que no está en los manuscritos. En cierto sentido nos puede dar una idea muy general de su contenido. La Biblia de las América usa, «En Cristo hay paz y unidad».

Por las palabras del apóstol Pablo desde el v. 11 es claro que está hablando en pasado. De lo que eran los gentiles, antes de haber «sido acercados por la sangre de Cristo» (Efesios 2:13b).

Siempre Debemos Recordar (Efesios 2: 11-12)

El mayor problema de los cristianos (tanto de aquellos que eran judíos como gentiles), es que siempre se nos olvida de que todas las cosas escritas en la Palabra se nos escribieron como ejemplo:

  • «Esto, hermanos, lo he aplicado en sentido figurado a mí mismo y a Apolos por amor a vosotros, para que en nosotros aprendáis a no sobrepasar lo que está escrito, para que ninguno de vosotros se vuelva arrogante a favor del uno contra el otro» (1ª Corintios 4:6).

Regresando al pasaje de Efesios, es totalmente cierto que éramos conocidos como los «llamados incircuncisión» por los de la circuncisión (o sea, los judíos). Y esta circuncisión era la externa, la del pene. También, estábamos «separados de Cristo, excluidos de la ciudadanía de Israel, extraños a los pactos de la promesa, sin tener esperanza, y sin Dios en el mundo» (Efesios 2:12).

La Circuncisión Para los Judíos

Es importante anotar aquí que la circuncisión —para el caso de los judíos— NO tiene ningún valor físico sino espiritual. Si realmente en el nuevo nacimiento su corazón ha sido circuncidado por la obra del Espíritu Santo es considerado hijo de Dios. Sobre esta circuncisión (orgullo externo de los judíos), la Palabra afirma:. Sobre esta circuncisión (orgullo externo de los judíos), la Palabra afirma:

Romanos 2:25, 27-29

  • «25 Pues ciertamente la circuncisión es de valor si tú practicas la ley, pero si eres transgresor de la ley, tu circuncisión se ha vuelto incircuncisión. 27 Y si el que es físicamente incircunciso guarda la ley, ¿no te juzgará a ti, que aunque tienes la letra de la ley y eres circuncidado, eres transgresor de la ley? 28 Porque no es judío el que lo es exteriormente, ni la circuncisión es la externa, en la carne. 29 Pues es judío el que lo es interiormente, y la circuncisión es la del corazón, por el Espíritu, no por la letra; la alabanza del cual no procede de los hombres, sino de Dios«.

Romanos 3:1, 30

  • «1 ¿Cuál es, entonces, la ventaja del judío? ¿O cuál el beneficio de la circuncisión? 30 porque en verdad Dios es uno, el cual justificará en virtud de la fe a los circuncisos y por medio de la fe a los incircuncisos».

Repito el v. 30: «porque en verdad Dios es uno, el cual justificará en virtud de la fe a los circuncisos y por medio de la fe a los incircuncisos». Es claro, que los incircuncisos somos declarados JUSTOS; pero NO SOMOS declarados JUDÍOS. De igual manera los circuncisos NO siguen siendo judíos, sino JUSTOS «por fe». Ambos, tanto a judíos como gentiles, se nos ha dado el derecho de llegar a ser hijos de Dios por medio de un nacimiento que proviene solo de Dios.

¿Son Todos los Judíos «hijos de Dios»?

Ya habrá notado por la Palabra misma, que los judíos por el solo hecho de ser judíos NO son hijos de Dios. El judío, podrá haber nacido entre las doce tribus de Israel. Estar circuncidado al octavo día y haber cumplido con todos sus ritos judíos … pero esto, NO le da el derecho de llegar a ser hijo de Dios. Solo lo será si su nacimiento proviene, de la Palabra de Dios, Solo entonces, su corazón —no su pene— es el que será circuncidado.

Un Solo Nuevo Hombre, un Solo Nuevo Cuerpo (Efesios 2:13-18)

De acuerdo con el contexto de este pasaje, judíos y gentiles creyentes, han quedado unidos en Cristo en un solo nuevo hombre y en un solo cuerpo. Sin enemistades, sin diferencias, «porque por medio de Él los unos y los otros tenemos nuestra entrada al Padre en un mismo Espíritu» (Efesios 2:18).

Ahora, Somos Cercanos por la Sangre de Cristo (Efesios 2:13)

Después de los versículos 11 y 12 es claro, que existe un «pero ahora en Cristo Jesús». Es decir, hay una contraposición entre estos versículos y el inicio del v. 13. O sea, lo que éramos antes y lo que el apóstol pasará a describir ahora. La palabra «ahora», de acuerdo con el diccionario Strong está en pretérito. Es un término que «puede emplearse como adjetivo para nombrar aquello que ya aconteció (es decir, que tuvo lugar en el pasado)».

¿A qué «somos cercanos»?

Entonces, un gentil es hecho cercano solo por la «sangre de Cristo». Pero, ¿cercano a qué? De acuerdo al v. 12, (1) estábamos apartados de Cristo; (2) excluidos de la ciudadanía de Israel; (3) extraños a los pactos de la promesa; (4) sin esperanza; y (5) no teníamos Dios. Pero ahora, por la sangre de Cristo, (1) somos hechos cercanos a Él; (2) tenemos la ciudadanía de Israel; (3) no somos extraños a los pactos de la promesa; (4) ya hay esperanza; y (5) estamos con Dios. Pero, ¿cuál ciudadanía? ¿La física o la espiritual? Para el ignorante de la Palabra, daría la impresión que es la ciudadanía «física». O porque ya tenemos «ciudadanía de Israel» hay que volver a «nuestras raíces hebreas». Nada más alejado de la verdad de Dios.

  • «Porque nuestra ciudadanía está en los cielos, de donde también ansiosamente esperamos a un Salvador, el Señor Jesucristo» (Filipenses 3:20).

Nuestra «ciudadanía espiritual»

Para confirmar que nuestra ciudadanía no es la física, donde supuestamente necesitamos buscar nuestras «raíces hebreas», el apóstol Pablo en Efesios 2:19 confirmando esta ciudadanía espiritual escribe:

  • «Así pues, ya no sois extraños ni extranjeros, sino que sois conciudadanos de los santos y sois de la familia de Dios».

Es decir, la «ciudadanía de Israel» buscada equivocadamente por los judaizantes, no indicaría —como he afirmado anteriormente— lo físico. Más bien es lo espiritual. Como hijos de Dios (tanto antiguos judíos como gentiles) somos gobernados por leyes celestiales. El cielo es nuestro verdadero hogar y de acuerdo con Efesios (la carta que estamos estudiando), el mismo Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, «nos ha bendecido con toda bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo» (Efesios 1:3); además, «nos sentó en los lugares celestiales» (Efesios 2:6). Y la razón es simple: Así como Cristo está sentado en los celestiales, nosotros también (Efesios 1:20).

Cristo es Nuestra paz y Hacedor de Esta paz (Efesios 2:14-16)

Cristo es la paz solo de aquellos gentiles y judíos que han creído y recibido a Jesús. Y cuando se habla de paz, es porque aún existe enemistad de ambos pueblos contra Dios mismo:

Colosenses 1:20-23

  • «y por medio de Él reconciliar todas las cosas consigo, habiendo hecho la paz por medio de la sangre de Su cruz, por medio de Él, repito, ya sean las que están en la tierra o las que están en los cielos. 21 Y aunque ustedes antes estaban alejados y eran de ánimo hostil, ocupados en malas obras, 22 sin embargo, ahora Dios los ha reconciliado en Cristo en Su cuerpo de carne, mediante Su muerte, a fin de presentarlos santos, sin mancha e irreprensibles delante de Él. 23 Esto Él hará si en verdad permanecen en la fe bien cimentados y constantes, sin moverse de la esperanza del evangelio que han oído, que fue proclamado a toda la creación debajo del cielo, y del cual yo, Pablo, fui hecho ministro».

Los Mismos Judaizantes del Siglo I

Efesios 2:15

  • «Cristo ha puesto fin a los mandatos y reglas de la ley, y por medio de sí mismo ha creado, con los dos grupos, un solo pueblo amigo».

Claramente en el versículo anterior, Cristo, puso fin a los mandatos y reglas de la ley. Como cristianos afirmamos que ya no tenemos que guardarla. De otro lado, los judaizantes afirman lo contrario: Que la ley SÍ debe seguir guardándose, aun cuando esta, no le fue dada a los gentiles. ¿Quién tiene la razón? Veamos lo que dice la Biblia.

¿Se Puede Guardar TODA la Ley?

Es claro e indubitable que ningún hombre pudo, puede o podrá jamás y bajo ninguna circunstancia guardar toda la ley. Si así fuera, el sacrificio de Dios en la cruz y el derramamiento de Su sangre, hubiera sido tonto o simplemente insensato. Así, toda la ley estaría vigente para cada ser humano. Pero leamos lo que registra la Biblia:

Romanos 8:3-4

  • «Pues lo que la ley no pudo hacer, ya que era débil por causa de la carne, Dios lo hizo: enviando a Su propio Hijo en semejanza de carne de pecado y como ofrenda por el pecado, condenó al pecado en la carne, para que el requisito de la ley se cumpliera en nosotros, que no andamos conforme a la carne, sino conforme al Espíritu».

Nueva Traducción Viviente — NTV

Si no ha entendido el pasaje, léalo en esta traducción:

  • «La ley de Moisés no podía salvarnos, porque nuestra naturaleza pecaminosa es débil. Así que Dios hizo lo que la ley no podía hacer. Él envió a su propio Hijo en un cuerpo como el que nosotros los pecadores tenemos; y en ese cuerpo, mediante la entrega de su Hijo como sacrificio por nuestros pecados, Dios declaró el fin del dominio que el pecado tenía sobre nosotros. Lo hizo para que se cumpliera totalmente la exigencia justa de la ley a favor de nosotros, que ya no seguimos a nuestra naturaleza pecaminosa sino que seguimos al Espíritu».

¿Por qué Jesús Cumplió TODA la Ley?

A la anterior pregunta, ¿cuál sería su respuesta? Tal vez, porque era un hombre «perfecto». O debido a que es Dios en carne. Jesús cumplió TODA la ley porque Él es Dios y el dador de la ley. Y esta prescribía una imposibilidad: Determinaba una forma de vida que los hombres que se hallaban en la carne nunca hubieran podido o podrían cumplir jamás. Ni siquiera los santos del Viejo Pacto. «Por fe» es el mejor ejemplo tal y como afirma Hebreos 11. De esta manera fueron aprobados los antepasados: por fe.

Pero antes de seguir con Efesios 2:15, ¿qué significa la frase en Romanos 8:4 «para que el requisito de la ley se cumpliera en nosotros, que no andamos conforme a la carne, sino conforme al Espíritu»?

Justificados por FE

La exigencia justa de la ley, es que, al haber creído y recibido a Jesús hemos sido justificados por fe. De la misma manera los antepasados también fueron aprobados. Toda la justa ira de Dios —caída sobre Su Hijo— y que nos correspondía ya fue removida de sobre nosotros. ¿Ha podido algún ser humano guardar toda la ley sin fallar un punto? No. Por esto, la Escritura afirma: «Por tanto, habiendo sido justificados por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo» (Romanos 5:1).

Regresando a Efesios 2:15, se lee: «aboliendo en su carne la enemistad, la ley de los mandamientos expresados en ordenanzas, para crear en sí mismo de los dos un nuevo hombre, estableciendo así la paz».

Entonces, ¿abolió o no el Señor en Su carne la ley de los mandamientos?

Mateo 22:34-40

  • «Los fariseos se agruparon al oír que Jesús había dejado callados a los saduceos, se agruparon. 35 Uno de ellos, intérprete de la ley, para poner a prueba a Jesús le preguntó: 36 ‘Maestro, ¿cuál es el gran mandamiento de la ley? 37 Y Él le contestó: AMARÁS AL SEÑOR TU DIOS CON TODO TU CORAZÓN, Y CON TODA TU ALMA, Y CON TODA TU MENTE. 38 Este es el grande y el primer mandamiento. 39 Y el segundo es semejante a este: AMARÁS A TU PRÓJIMO COMO A TI MISMO. 40 De estos dos mandamientos dependen toda la ley y los profetas».

¿De cuales dos mandamientos «dependen toda la ley y los profetas»? El texto es claro. Al buen entendedor, pocas palabras.

Ahora, UNA NUEVA CRIATURA

Y, ¿qué o quién es esta «nueva criatura»? No son los judíos. Tampoco los gentiles creyentes. Ni la nación de Israel. Es simplemente la nueva criatura (judío o gentil) de la que Cristo es la Cabeza. No es Israel. O la iglesia cristiana. Ni tampoco las tradiciones. Y menos el volver a las supuestas raíces judías:

2ª Corintios 5:17


«De modo que si alguno está en Cristo, NUEVA CRIATURA es, las cosas viejas pasaron; he aquí, son hechas nuevas» (Énfasis añadido).


Entonces, es aquí, donde cada judío o gentil nacido de nuevo ha sido bautizado en un cuerpo (el de Cristo). Por un solo Espíritu y a todos (sin excepción y sin buscar raíces judías) se nos dio a beber de un mismo Espíritu (1ª Corintios 12:13). Gálatas 3:28 también afirma : «No hay judío ni griego; no hay esclavo ni libre; no hay hombre ni mujer; porque todos sois uno en Cristo Jesús».

El Anuncio de la Buena Noticia y Nuestra Verdadera Ciudadanía (Efesios 2:17-18)

La Buena Noticia de paz fue dada tanto a gentiles como a judíos por parte del mismo Señor. Por cuanto todos pecaron (Romanos 3:23) ambos grupos estaban destituidos de la gloria de Dios. Por eso el apóstol Pablo escribe: «Y VINO Y ANUNCIÓ PAZ A VOSOTROS QUE ESTABAIS LEJOS, Y PAZ A LOS QUE ESTABAN CERCA» (Efesios 2:17).

Entrada al Padre

Ahora, por medio de Él (o sea, de Cristo), «tenemos nuestra entrada al Padre en un mismo Espíritu» (Efesios 2:18). Note que no es por ALGO MÁS. Solo por un mismo Espíritu entramos a Dios el Padre. Y aquí, viene algo importante: somos conciudadanos (tanto judíos como gentiles) con los santos.  Además, «… sois de la familia de Dios» (Efesios 2:19b). ¡¡Qué tremendo privilegio!! No por ser judíos o gentiles. Ni por ser circuncidados en el pene o ser incircuncisos. No por volver a las raíces judías o algo similar. Solo por Cristo por medio de Él.

Un Edificio (Efesios 2:19-22)

La Pregunta Clave: ¿Sobre qué edificar?

El cristiano fiel y verdadero deberá edificar sólo cobre Cristo, el cual es el fundamento de los apóstoles y profetas (apóstoles en el NP y profetas en el VP), este fundamento o piedra el cual es Cristo también es la piedra angular del edificio. La misma que desecharon o rechazaron los judíos y siguen rechazando hoy día. La misma que desconocen los gentiles. Por eso, hay necesidad de predicar la Buena Noticia. Esa piedra angular que con el tiempo los judíos mesiánicos terminan de rechazar como lo hacen los judíos.


«LA PIEDRA QUE DESECHARON LOS CONSTRUCTORES, ESA, EN PIEDRA ANGULAR SE HA CONVERTIDO» (Marcos 1210b).


Lo que nos Corresponde Individualmente

Ahora, tanto judíos como gentiles constituimos la casa del Señor Jesús, estando cuidadosamente unidos en Él como miembros que somos de Su Cuerpo, la Iglesia y debemos crecer en santidad y a la estatura del varón perfecto. Este proceso continuará hasta que todos alcancemos tal unidad en nuestra fe y conocimiento del Hijo de Dios, que seamos maduros en el Señor. O sea, llegar a la plena y completa medida de Cristo (Efesios 4:13). NO de algo más o de alguien más.

CONCLUSIÓN

Primera Parte

  1. Los actuales judaizantes de la época de la iglesia naciente son los mismos judíos mesiánicos, los cuales son llamados por el apóstol Pablo «perros … malos obreros … y de la falsa circuncisión», tal y como afirma Filipenses 3:2. De los cuales, tenemos que cuidarnos.

Segunda Parte

  1. Mantenga siempre en su memoria el por qué todas estas cosas nos fueron dadas como ejemplo. Pero el Cuerpo de Cristo, Su Iglesia, olvida las razones de estos ejemplos y se repiten de la misma manera que en el pasado: «¡Oh, gálatas insensatos! ¿Quién os ha fascinado a vosotros, ante cuyos ojos Jesucristo fue presentado públicamente como crucificado? 2 Esto es lo único que quiero averiguar de vosotros: ¿recibisteis el Espíritu por las obras de la ley, o por el oír con fe?» (Gálatas 3:1-2).

Tercera Parte

  1. No se es judío por la señal externa del pacto; es decir la circuncisión. Ni por inclinarse ante objetos que no representan nada, o lavarse las manos para coger la Biblia, u orar mirando hacia el oriente, etc. Hoy, tanto los judíos como los gentiles que han nacido de nuevo tienen el corazón circuncidado por la obra del Espíritu Santo en ellos.

Cuarta Parte

  1. Cristo es el hacedor nuestra paz. No busque ritos externos que nunca le darán la paz que un verdadero creyente ya tiene solo por el hecho de haber recibido y creído en el Hijo; Dios encarnado.
  2. Solo en Cristo se nos anunció la Buena Noticia y todas las nuevas criaturas tenemos derecho a entrar por un mismo Espíritu al Padre. La Palabra de Dios NO exige ninguna otra condición.
  3. Finalmente, la nueva creación de Dios edificará SOLO sobre el fundamento que es Cristo. No existe otro fundamento: «Pues nadie puede poner otro fundamento que el que ya está puesto, el cual es Jesucristo» (1ª Corintios 3:11). Mire por lo tanto, como sobreedifica.

Por Carlos E. Garbiras

Carlos Enrique Garbiras es Director general en Ministerio de Apologética e Investigación Cristiana (MIAPIC). Actualmente, sirve en predicación y enseñanza de la Palabra de Dios en Bogotá, donde dirige además la Escuela de Estudios Teológicos MIAPIC.

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