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«Y el SEÑOR desistió de hacer el daño que había dicho que haría a su pueblo» (Éxodo 32:14).

Este versículo ha sido traducido diferente en algunas versiones:

  • «El Señor renunció a la idea que había expresado de hacer daño a su pueblo» (Dios Habla Hoy – DHH).
  • «Entonces el Señor cambió de parecer en cuanto al terrible desastre con que había amenazado destruir a su pueblo» (Nueva Traducción Viviente – NTV)
  • «Entonces el Señor cambió de parecer y ya no le hizo daño a su pueblo» (Reina Valera Contemporánea – RVC).

Aquí, la palabra hebrea es, «nakjám»: raíz primaria; propiamente suspirar, i.e. respirar fuertemente; por implicación lamentar, i.e. (en un sentido favorable) compadecer, consolar o (reflexivo) lamentarse; o (desfavorablemente) vengar (-se):- aliento, aliviar, -se, aplacar, arrepentimiento, arrepentirse, atenuar, castigar, compadecer, compasión, consolador, consolar, -se, consuelo, misericordia, mover, pesar, satisfacción.[1]

De acuerdo a la versión inglesa de la King James, existen 108 entradas en el Viejo Pacto que la traducen como «consolar» (57 veces), «arrepentirse» (41 veces), «consolador» (9 veces), y «atenuar» (1 vez).[2]

Por supuesto, que la cuestión es si Dios, en realidad, pasa o no a través de un proceso de cambio en Su mente debido a que aprende algo, así como sostienen los teístas abiertos. Pero en realidad, Dios está reaccionando ante algo que sabía:

  • «¿Por qué han de hablar los egipcios, diciendo: Con malas intenciones los ha sacado, para matarlos en los montes y para exterminarlos de la faz de la tierra? Vuélvete del ardor de tu ira, y desiste de hacer daño a tu pueblo. 13 Acuérdate de Abraham, de Isaac y de Israel, siervos tuyos, a quienes juraste por ti mismo, y les dijiste: Yo multiplicaré vuestra descendencia como las estrellas del cielo, y toda esta tierra de la cual he hablado, daré a vuestros descendientes, y ellos la heredarán para siempre. 14 Y el Señor desistió de hacer el daño que había dicho que haría a su pueblo» (Éxodo 32:12-14).

Primero: Aparentemente, Moisés desobedeció la orden de Dios de permitir que Su ira consumiera al pueblo (v. 10: «Ahora pues, déjame, para que se encienda mi ira contra ellos y los consuma; mas de ti yo haré una gran nación»). Más bien, Moisés, «suplicó ante el Señor su Dios» para que perdonara a Israel, y, «Y el SEÑOR desistió de hacer el daño que había dicho que haría a su pueblo». ¿Por qué? ¿Cuál es el significado de que Dios fuera movido por la oración intercesora de Moisés a favor de Israel? ¿Por qué Dios no ignoró la petición de Moisés y no siguió adelante con la idea de destruir a la nación? La respuesta es simple: Debido a Jesús:

  • » Examináis las Escrituras porque vosotros pensáis que en ellas tenéis vida eterna; y ellas son las que dan testimonio de mí» (Juan 5:39).

Jesús afirma, que las Escrituras «son las que dan testimonio de mí». Y sin duda, una figura tan importante como Moisés debía, de alguna forma, reflejar a Jesús. Y así como Moisés intercedió por su pueblo, Jesús también intercede por el pueblo de Él. Dios escuchó a Moisés, porque escucharía también a Jesús.

Segundo: Debemos preguntarnos si Dios estaba o no consciente de la condición del corazón del pueblo de Israel. El teísmo abierto declara que Dios conoce ampliamente el presente, incluyendo las actitudes y pensamientos de todas las personas. Pero, ¿no conocía Dios los corazones de las personas? ¿No sabía Dios que ellos se inclinarían a la idolatría? ¿Debemos creer que Dios no sabía que un grupo de judíos se levantaría, y que efectivamente, caerían en la idolatría debido al tiempo que Moisés permanecería en el monte? Parece que sí. Sin embargo, Dios permitió que pasara suficiente tiempo para que cayeran en la idolatría. Moisés entonces ordenó a los hijos de Leví que mataran a todos aquellos que se opusieron a Dios:

  • «Y los hijos de Leví hicieron conforme a la palabra de Moisés; y cayeron aquel día unos tres mil hombres del pueblo» (Éxodo 32:28).

Tercero: Con frecuencia Dios espera que algo suceda antes de «involucrarse». En el huerto del Edén, Dios esperó entrar en escena hasta después de que Adán y Eva pecaron. Dios le prometió a Abraham que sería el padre de una gran nación, pero esperó hasta que naciera Ismael antes de permitirle a Abraham tener a Isaac. Jesús también esperó hasta que Lázaro hubo muerto antes de ir a resucitarlo. De hecho, la encarnación de Jesús no ocurrió hasta la opresión romana y la apostasía legalista de los fariseos. ¿No podemos también esperar que Dios hubiera detenido a Moisés en el monte hasta que el pueblo de Israel cayera en idolatría para que pudiera desear exterminarlos y así Moisés pudiera interceder, como tipo de Cristo, mostrando Dios Su misericordia?

Note cómo la oración intercesora de Moisés apela a la gracia de Dios como expresión de la ley, la cual, ya había sido dada por Dios. La ley de Dios prohíbe la idolatría (Éxodo 20), sin embargo, los israelitas hicieron, precisamente, lo contrario, y no fue hasta después que la ley se dio a Moisés que el pecado de ellos sería juzgado, y es cuando la intercesión de Moisés ocurrió:

  • «Ciertamente el Señor Dios no hace nada sin revelar su secreto a sus siervos los profetas» (Amós 3:7).

Dios revela Su voluntad y planes en tipos y símbolos en el Viejo Pacto, los cuales señalan hacia Jesús, del cual Moisés fue tipo.

Conclusión

Vemos que la palabra hebrea «nakjám» tiene muchos significados, los cuales vemos en otras traducciones y que podemos deducir que Dios cambia de dirección y propósito hacia un pueblo. Vemos también que Moisés, como intercesor, fue tipo de Cristo mostrando la obra intercesora de Cristo, la cual Dios escuchará.

Dios tenía que conocer la condición actual de los israelitas y tenía que saber que cometerían idolatría, y aun así, estuvo con Moisés en el monte hasta que el pueblo pecó. Esto fue hecho con un propósito: Mostrar la ley de Dios en aquellos que fueron destruidos y la misericordia de Dios sobre los que se arrepintieron.

Si Dios cambió Su mente o Su parecer, en que se ajustó a una nueva información, entonces, Dios no conoce todas las cosas (1ª Juan 3:20); desconocía la condición actual de los israelitas; estuvo demasiado tiempo con Moisés en el monte y fue influido por Moisés el cual desobedeció la orden de Dios de dejarlo destruir el pueblo. Pero tendría más sentido común decir que Dios esperó por una razón; amenazó con destruir a Israel y permitió que Moisés intercediera a favor del pueblo para que se salvara.

Notas a pie de página:

[1] e-Sword.
[2] Strong, James. «The Exhaustive Concordance of the Bible: Showing Every Word of the Test of the Common English Version of the Canonical Books, and Every Occurrence of Each Word in Regular Order», edición electrónica, H5162. Ontario: Woodside Bible Fellowship, 1996.

Por Matt Slick

Presidente y Fundador del Ministerio de Apologética e Investigación Cristiana. Matt obtuvo su Licenciatura en Ciencias Sociales en la Universidad Concordia, en Irvine, California en 1988. Obtuvo su Maestría en Divinidades en el Seminario Teológico de Westminster en Escondido, California en 1991.

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