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NOTA: A menos que se diga lo contrario, las citas son tomadas de la Nueva Biblia de las Américas — NBLA.
Abreviaturas: NTV: Nueva Traducción Viviente.
24 de noviembre de 2008
¿Se Siente Cómodo?
¿ Se siente a gusto? ¿Cómodo? ¿Se siente seguro en el Señor? Eso espero. Debería. El consuelo y la paz son grandes bendiciones del Señor. Él nos ama tanto que dio a Su Hijo y envió al Espíritu Santo, a quien se le llama Consolador (NBLA) y Abogado Defensor (NTV) (Juan 14:26). Estamos seguros en Él (Juan 10:27-28), podemos descansar en Él (Mateo 11:28) y no necesitamos estar ansiosos por nada (Filipenses 4:6). Tenemos un Dios grande y asombroso que ha hecho todo esto posible.
- «Tengan por sumo gozo, hermanos míos, cuando se hallen en diversas pruebas, 3 sabiendo que la prueba de su fe produce paciencia, 4 y que la paciencia tenga su perfecto resultado, para que sean perfectos y completos, sin que nada les falte» (Jacobo 1:2-4).
Tenga Cuidado: La Comodidad Puede ser un Obstáculo
A veces la comodidad puede robarnos nuestra fuerza y dependencia de Dios. Piense en un hombre que se encuentra cómodo en su vida con tan pocos problemas que no hace mucho y menos se preocupa por nada. Se relaja y disfruta de la vida. Se vuelve débil y dependiente de su rutina. De igual manera el cristiano que está muy cómodo en su vida también puede volverse débil y dependiente de las seguridades de la vida en vez del Señor. No hay nada malo en estar cómodo a menos que esa comodidad nos haga depender menos de Dios, y nos volvamos complacientes acerca de los perdidos que nos rodean.
Los Primeros Cristianos
Mientras que ellos tenían que confiar en Dios para todas sus necesidades, hoy en día, en los Estados Unidos y en gran parte del mundo moderno, las comodidades y las iglesias de autoservicio han hecho que muchos cristianos sean complacientes y perezosos. La mayoría (espero) son salvos, pero parece que demasiados se han acomodado en la rutina de la iglesia: Servicio dominical o asistencia los miércoles. No comparten mucho su fe; oran cuando surge una necesidad; disfrutan de la vida; ofrendan ocasionalmente; dejan que los pastores y misioneros hagan el duro trabajo espiritual, etc.
¿Dónde Queda el Llamado a Hacer Discípulos?
De este modo, la llamada de Dios a hacer discípulos en todas las naciones es un débil susurro que, si se escucha, solo puede causar molestias y una interrupción de las comodidades cristianas. ¿Es usted así? ¿Está tan cómodo en su vida que no se preocupa por los perdidos? ¿Depende de Dios para todo? ¿Qué hay de la ofrenda? ¿Lo hace con poca frecuencia y apenas busca el rostro de Dios?
Las Bendiciones de Dios
Dios nos ha bendecido en los Estados Unidos. Tenemos lo mejor de todo y solo necesitamos sacar a crédito para adquirir nuestros caprichos. Contamos con tecnología, aire acondicionado, controles remotos y restaurantes de comida rápida. Tenemos iglesias con aire acondicionado central, grandes sistemas de sonido, predicadores bien formados, bancos cómodos y coros, pianos y órganos afinados. Estamos bendecidos con comités, planes y dinero. De hecho, tenemos tantas iglesias que podemos encontrar una que se adapte a cualquier capricho o preferencia. Desafortunadamente, con demasiada frecuencia, los mensajes son agradables y no hacen que nuestros corazones sientan dolor por los perdidos o por nuestro Señor. Esta es una receta para el peligro. Somos verdaderamente bendecidos. Pero, esas bendiciones pueden convertirse en maldiciones si debilitan nuestros deseos de vivir para Dios y alcanzar a los perdidos.
Lo que Dios Permite
Él permite pruebas y tribulaciones en nuestras vidas para que volvamos nuestra mirada a Él. La lucha tiende a fortalecer la fe porque en estas acudimos a Dios. Él responde a nuestras oraciones y satisface nuestras necesidades, y entonces le alabamos. En este proceso, el Espíritu Santo —vivo en nosotros— obra poderosamente. Sentimos que nos enseña y guía, formándonos. Por eso, estando cerca de Dios, estamos lejos del pecado. Somos conscientes de nuestra impiedad. Estamos preocupados por los perdidos, porque Él lo está. ¿Qué tan alejado está del pecado? ¿Está consciente de su impiedad? ¿Preocupado por los perdidos?
¿Distraído del Llamado de Dios?
Le pregunto nuevamente. ¿Se ha distraído del llamado de Dios a crecer en gracia y hacer discípulos de todas las naciones? No estoy hablando de cumplir con su deber de ir a la iglesia el domingo y leer su Biblia de vez en cuando. Estoy hablando de avanzar, de buscar activamente a Dios, de estar dispuesto a tomar riesgos por Él, de pedir ser usado, ser formado, etc. ¿Lo está haciendo? Si no es así, tal vez esté demasiado cómodo.
Entonces, ¿qué Debemos Hacer?
Entienda por favor, que no estoy abogando por la pobreza y la miseria como forma de medir la vida cristiana. No hay nada malo en estar cómodo, tener dinero, o televisores con control remoto y automóviles con aire acondicionado. Deberíamos alabar a Dios por ello. Pero, usted necesita preguntarse si su vida se ha llenado de comodidad dentro de su «vida cristiana» de tal manera que esté en una rutina que le ha entumecido inconscientemente a las realidades espirituales de la vida. Si piensa que tal vez ha reincidido de esta manera, entonces tengo algunas sugerencias.
Primero
Ore al Señor y pídale que le revele sus pecados. Confiéselos y arrepiéntase mientras sigue confiando en Su gracia.
Segundo
Lea su Biblia regularmente y pídale al Señor que aplique a su corazón lo que lee.
Tercero
Pídale a Dios que ponga un deseo en su corazón de acuerdo con sus dones espirituales para que pueda no sólo crecer y edificar el cuerpo de Cristo sino también alcanzar a los perdidos. Si no conoce acerca de los dones del Espíritu Santo en usted, está bien. Dios se los manifestará en su momento.
Cuarto
No tenga temor de arriesgarse por el Señor. No tema sentirse algo incómodo. Ore. Interceda. Lea la Palabra. Ofrende. Confiese sus pecados. Hable del Evangelio.
Recuerde, nuestra vida no se trata de nuestras comodidades. Se trata de amar a Dios, al prójimo y difundir la Palabra de Dios.