¿Deben los Impíos Guiar a Cristianos en el Culto de la Iglesia?¿Deben los Impíos Guiar a Cristianos en el Culto de la Iglesia?

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NOTA: A menos que se diga lo contrario, las citas son tomadas de la Nueva Biblia de las Américas — NBLA.

Abreviaturas: NTV: Nueva Traducción Viviente. TLA: Traducción en lenguaje actual. VP: Viejo Pacto. NP: Nuevo Pacto.

11 de noviembre de 2006

¿Deben los Impíos Guiar a Cristianos en el Culto de la Iglesia?

Esta pregunta nunca debería surgir en la iglesia cristiana. Desafortunadamente, necesita ser tratada. En los Estados Unidos existen iglesias que tienen impíos dirigiendo a cristianos en los servicios dominicales de adoración. Esto está mal, y es una señal de apostasía en la iglesia cristiana. Los impíos no deben dirigir a los cristianos en la adoración en un servicio de la iglesia. Repito. No deben.

Solo Creyentes Deben Dirigir Esta Adoración

Primero:

La adoración solo puede ser realizada correctamente por creyentes que han sido justificados y santificados por la sangre de Jesucristo (1ª Pedro 2:9). Solo los creyentes comprados por la sangre tienen derecho a adorar a Dios porque solo ellos tienen un mediador por el cual su adoración puede ser aceptada

1ª Timoteo 2:5:

  • «Porque hay un solo Dios, y también un solo Mediador entre Dios y los hombres, Cristo Jesús hombre».

El incrédulo no tiene mediador. Por lo tanto, no tiene derecho de alabar a Dios por Su bondad y misericordia porque está en un estado de rechazo —por eso son impíos— ¡y son inmundos ante Dios! Recuerde cómo Dios rechazó el sacrificio de Caín, que era un asesino (Génesis 4:5), ¿cuánto más la adoración falsa e hipócrita de los incrédulos? Jesús les dijo a los fariseos y escribas: «ESTE PUEBLO CON LOS LABIOS ME HONRA, PERO SU CORAZÓN ESTÁ MUY LEJOS DE MÍ» (Mateo 15:8). ¿Son los incrédulos mejor que los fariseos y escribas? No. Como los fariseos, están bajo un juicio más severo.

Salmo 50:16:

  • «Al malvado, Dios le dice: «Tú no tienes ningún derecho de andar repitiendo mis leyes, ni de hablar siquiera de mi pacto»» (TLA).

¡Cómo se atreve el impío a guiar al creyente en la adoración del Dios verdadero y santo cuando está en estado de rebelión contra Dios! ¡Que nunca sea así! ¿Puede el incrédulo alabar a Dios con las siguientes palabras y no ser un hipócrita? «Vengan, adoremos e inclinémonos. Arrodillémonos delante del Señor, nuestro creador, 7 porque él es nuestro Dios. Somos el pueblo que él vigila, el rebaño a su cuidado. ¡Si tan solo escucharan hoy su voz!» (Salmo 95:6-7). No. ¡No puede! Cantar tales alabanzas es una burla a Dios. Por lo tanto, están en el mismo estado que aquellos que son condenados por Cristo en el día del juicio:

Mateo 7:22-23:

  • «Muchos me dirán en aquel día: “Señor, Señor, ¿no profetizamos en Tu nombre, y en Tu nombre echamos fuera demonios, y en Tu nombre hicimos muchos milagros?”. 23 Entonces les declararé: “Jamás los conocí; APÁRTENSE DE MÍLOS QUE PRACTICAN LA INIQUIDAD».

Segundo:

Es hipócrita que un pastor haga que músicos impíos entren a la iglesia del Señor y dirijan en la adoración a creyentes comprados con sangre. Hipocresía es decir (cantar) una cosa y hacer otra. Es una muestra de comportamiento de falsedad. Y eso es exactamente lo que el pastor está fomentando cuando hace que los incrédulos dirijan a los creyentes en alabanzas a Dios porque, en sus corazones, no confían en el sacrificio de Cristo. Sus palabras pueden sonar como cantando alabanzas de confianza y adoración a Dios pero sus corazones no las creen. Esto es hipocresía y el pastor la está fomentando.

Dinero y «alabanza»

Además, estoy seguro de que en la gran mayoría de estas situaciones hipócritas, los incrédulos están «alabando a Dios» por dinero. Piénselo: un pastor ofrece dinero a los impíos para que entren en la Iglesia de Dios y dirijan a los creyentes en la adoración. Se supone que la adoración es una ofrenda a Dios por parte de los creyentes y un medio de preparación del corazón para que el cristiano pueda recibir la Palabra de Dios en el sermón. ¿Cómo se atreve un pastor a pagar a un impío para hacer esto?

Tercero:

Fueron los fariseos en el NP quienes tenían una manifestación externa de adoración, pero internamente no eran regenerados. Por esto, Jesús los condenó como hipócritas (Mateo 15:7). Si un pastor de una iglesia no está informando a la congregación del hecho de que los impíos están dirigiendo a los creyentes en la adoración —lo cual nunca debería ocurrir en primer lugar— entonces los siguientes versículos se aplican al pastor.

Lucas 11:42-44:

  • «Pero ¡ay de ustedes, fariseos! Porque pagan el diezmo de la menta y la ruda y toda clase de hortaliza, y sin embargo pasan por alto la justicia y el amor de Dios; pero esto es lo que debían haber practicado sin descuidar lo otro. 43 ¡Ay de ustedes, fariseos! Porque aman los primeros asientos en las sinagogas y los saludos respetuosos en las plazas. 44 ¡Ay de ustedes! Porque son como sepulcros que no se ven, sobre los que andan los hombres sin saberlo».

Participando del Pecado del Pastor y de los Impíos

Si la congregación no está consciente de la naturaleza impía y no regenerada de aquellos que los guían en la adoración, entonces están participando inadvertidamente en la adoración impía de los hipócritas. Cuando los fariseos adoraban a Dios, su adoración era rechazada y condenada. Jesús expuso la hipocresía de la adoración exterior y la incredulidad interior. ¿No es esto básicamente lo mismo que sucede cuando los impíos guían a los creyentes incautos en la adoración? En esto, la congregación piensa que los líderes de adoración son «santificados por la sangre de Cristo» cuando, en realidad, no lo son. Y, para empeorar las cosas, los «líderes de adoración» aumentan el engaño semanalmente. Ahora, el pastor es el líder en la iglesia. ¡Ay de aquel que lleva a la iglesia a una adoración hipócrita a Dios y anima a los pecadores a pecar!

Cuarto:

Encontramos en las Escrituras que solo los creyentes dirigen la adoración y están involucrados en la verdadera adoración, nunca los incrédulos:

Salmos

  • 42:4: «Cuando me acuerdo de esto, me invade el sufrimiento; recuerdo cuando iba camino hacia tu  templo guiando multitudes; recuerdo las grandes fiestas, y los gritos de alegría cuando tu pueblo te alababa» (TLA).
  • 29:1-2: «1-2 Ustedes, que en el cielo están al servicio de Dios, denle la honra que merece, reconozcan su poder y adórenlo en su hermoso templo».

1ª Pedro 2:9:

  • «Pero ustedes no son así porque son un pueblo elegido. Son sacerdotes del Rey, una nación santa, posesión exclusiva de Dios. Por eso pueden mostrar a otros la bondad de Dios, pues él los ha llamado a salir de la oscuridad y entrar en su luz maravillosa» (NTV).

No encontramos ningún lugar en las Escrituras donde los impíos dirijan a los creyentes en la adoración. No está en la Biblia y nunca debería suceder en la iglesia cristiana.

¿Cuál es el Beneficio para el Impío?

¿Qué hay del beneficio de exponer a un impío al evangelio llevándolo a la iglesia para que participe en el culto? Después de todo, es probable que haya dado lugar a conversiones.

El fin no justifica los medios. Si Dios decide salvar a alguien a pesar de una situación pecaminosa, eso es asunto de Él. El pastor debe asegurarse de que el culto honre a Dios. No es el lugar de evangelización. Es el lugar de adoración. No se deje engañar en comprometer la alabanza y adoración a Dios por tener impíos participando en ella.

Al Pastor

Si usted es un pastor que tiene impíos dirigiendo a los creyentes en la adoración, deténgase ahora. Usted es responsable de pastorear su iglesia en verdad, honor y santificación delante de Dios. Es responsable de la adoración delante del Santo Señor. Este no es el reino de los no regenerados. Arrepiéntase de este pecado y confesarlo. Despida a los impíos de la adoración e invítelos a asistir al servicio de la iglesia, confesar su pecado a Dios, a los ancianos y a la iglesia, pedir perdón, y continuar en humildad ante los hombres y ante Dios.

Es mucho mejor que el culto en la iglesia sea menos que perfecto por fuera, a que sea manchado por impíos con corazones no regenerados.

Por Matt Slick

Presidente y Fundador del Ministerio de Apologética e Investigación Cristiana. Matt obtuvo su Licenciatura en Ciencias Sociales en la Universidad Concordia, en Irvine, California en 1988. Obtuvo su Maestría en Divinidades en el Seminario Teológico de Westminster en Escondido, California en 1991.