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Doctrina Cristiana y Teología y Cristianismo
3 de abril de 2017
NOTA: A menos que se diga lo contrario, las citas son tomadas de La Biblia de las Américas — LBLA.
¿Qué es la «encarnación»?
Este término significa «hacerse carne». La encarnación es ese acontecimiento donde la segunda persona de la Trinidad, la Palabra, se encarnó y habitó entre nosotros:
- «En el principio existía el Verbo, y el Verbo estaba con Dios, y el Verbo era Dios» (Juan 1:1).
- «Y el Verbo se hizo carne, y habitó entre nosotros, y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre, lleno de gracia y de verdad» (Juan 1:14).
Cuando el Verbo / la Palabra se hizo carne, habitó en el vientre de María y nació el hombre al que le pusieron por nombre Jesús. Él es la encarnación de Dios, es Dios en carne:
«Porque toda la plenitud de la Deidad reside corporalmente en Él» (Colosenses 2:9).
La «unión hipostática»
Otro término para ayudarnos a comprender la encarnación de Dios con referencia a Jesús es la unión hipostática. El término encarnación no aparece en los escritos del Nuevo Pacto, pero el concepto es, definitivamente, enseñado en los siguientes pasajes.
Pasajes Bíblicos
Primera Parte
- «Haya, pues, en vosotros esta actitud que hubo también en Cristo Jesús, 6 el cual, aunque existía en forma de Dios, no consideró el ser igual a Dios como algo a qué aferrarse, 6 sino que se despojó a sí mismo tomando forma de siervo, haciéndose semejante a los hombres. 8 Y hallándose en forma de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz» (Filipenses 2:5-8).
- «E indiscutiblemente, grande es el misterio de la piedad: Él fue manifestado en la carne, vindicado en el Espíritu, contemplado por ángeles, proclamado entre las naciones, creído en el mundo, recibido arriba en gloria» (1ª Timoteo 3:16).
Segunda Parte
- «En esto conocéis el Espíritu de Dios: todo espíritu que confiesa que Jesucristo ha venido en carne, es de Dios» (1ª Juan 4:2)
- «—¡Mi Señor y mi Dios!— exclamó Tomás» (Juan 20:28 – Nueva Traducción Viviente – NTV).
- «Pero del Hijo dice: TU TRONO, OH DIOS, ES POR LOS SIGLOS DE LOS SIGLOS, Y CETRO DE EQUIDAD ES EL CETRO DE TU REINO» (Hebreos 1:8).