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Título Original: Juan 14:28: «ya que el Padre es mayor que yo»
5 de diciembre de 2008
«Oísteis que yo os dije: «Me voy, y vendré a vosotros». Si me amarais, os regocijaríais porque voy al Padre, ya que el Padre es mayor que yo» (Juan 14:28).
Jesús dijo que el Padre era mayor que Él, no porque Dios no se haya encarnado en la persona de Jesús, sino porque Él era hombre y como tal se encontraba en una posición un poco inferior:
- «Pero vemos a aquel que fue hecho un poco inferior a los ángeles, es decir, a Jesús, coronado de gloria y honor a causa del padecimiento de la muerte, para que por la gracia de Dios probara la muerte por todos» (Hebreos 2:9).
- «Haya, pues, en[a] vosotros esta actitud que hubo también en Cristo Jesús, 6 el cual, aunque existía en forma de Dios, no consideró el ser igual a Dios como algo a qué aferrarse, 7 sino que se despojó a sí mismo tomando forma de siervo, haciéndose semejante a los hombres. 8 Y hallándose en forma de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz» (Filipenses 2:5-8).
Jesús tenía dos naturalezas, y no estaba negando que Él era Dios encarnado; simplemente estaba reconociendo el hecho de que también era un hombre. Y como hombre, Él se encontraba en una posición menor que la del Padre ya que había agregado a Sí Mismo naturaleza humana:
«Porque toda la plenitud de la Deidad reside corporalmente en Él» (Colosenses 2:9).
Él se convirtió en un hombre para morir por el pecado de la humanidad.
Una comparación puede encontrarse en la relación matrimonial. Bíblicamente, un esposo es mayor en posición y autoridad que su esposa. Pero él no es diferente en naturaleza y no es mejor que ella. Ellos comparten la misma naturaleza; son humanos y trabajan juntos por amor.
De esta manera, Jesús no estaba negando que Él era Dios; simplemente estaba reconociendo que era hombre y que como hombre estaba sujeto a las leyes de Dios para poder redimir a aquellos que estaban bajo la ley; o sea, los pecadores:
- «Pero cuando vino la plenitud del tiempo, Dios envió a su Hijo, nacido de mujer, nacido bajo la ley, 5 a fin de que redimiera a los que estaban bajo la ley, para que recibiéramos la adopción de hijos« (Gálatas 4:4-5).