Dios Quiere que Todos Sean SalvosDios Quiere que Todos Sean Salvos

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Título Original: 1ª Timoteo 2:4: Dios Quiere que Todos Sean Salvos

15 de diciembre de 2008

Los universalistas enseñan que todas las personas, eventualmente, serán salvas a través de la expiación de Cristo. Ellos sostienen que la Biblia enseña que Dios quiere que todos los hombres sean salvos; por lo tanto, todos los hombres serán salvos. Con esta enseñanza ellos niegan la naturaleza eterna del infierno como un castigo consciente del perdido. Los versículos más relevantes que ellos usan para sostener su posición son los siguientes:

1ª Timoteo 2:3-4

  • «Porque esto es bueno y agradable delante de Dios nuestro Salvador, el cual quiere que todos los hombres sean salvos y vengan al pleno conocimiento de la verdad».

2ª Pedro 3:9

  • «El Señor no se tarda en cumplir su promesa, según algunos entienden la tardanza, sino que es paciente para con vosotros, no queriendo que nadie perezca, sino que todos vengan al arrepentimiento».

Si estos versículos fueran todos los que se tendrían para seguir adelante, entonces, los universalistas podrían ser capaces de producir un fuerte argumento. Pero debido a que nadie hace doctrina de uno o dos versículos, ni siquiera de tres, sino con todo el consejo de Dios, sabemos que lo que los universalistas pretenden enseñar con estos versículos no puede ser cierto. Por ejemplo, en Mateo 25:46, Jesús dice: «Y estos irán al castigo eterno, pero los justos a la vida eterna». La misma palabra que se usa en griego para el castigo «eterno» y la vida «eterna» es, «ἰώνιος» «aiónios». Por lo tanto, si la vida eterna es, de hecho eterna («aiónios»), entonces, el castigo eterno es, de hecho, eterno («aiónios») también.

Considerando Marcos 3:28-29

En este pasaje Jesús dice:

  • «En verdad os digo que todos los pecados serán perdonados a los hijos de los hombres, y las blasfemias con que blasfemen, 29 pero cualquiera que blasfeme contra el Espíritu Santo no tiene jamás perdón, sino que es culpable de pecado eterno».

El v. 28 dice «que todos los pecados serán perdonados». Pero el v. 29 aclara la declaración y llanamente dice que hay un pecado que, «no tiene jamás perdón». De igual forma, considere también Apocalipsis 20:10: «Y el diablo que los engañaba fue arrojado al lago de fuego y azufre, donde también están la bestia y el falso profeta; y serán atormentados día y noche por los siglos de los siglos».

Comparando el uso de «por los siglos de los siglos»

2ª Timoteo 4:18 registra:

  • «El Señor me librará de toda obra mala y me traerá a salvo a su reino celestial. A Él sea la gloria por los siglos de los siglos. Amén».

En cada versículo se usa la misma frase en griego: «eis jo aión jo aión».

Sin embargo, los universalistas afirman que los dos versículos al inicio de este artículo son fuerte evidencia de que Dios salvará a todas las personas. Si estos fueran tan fuertes, entonces, la mayoría de los cristianos aceptarían el universalismo, pero no es así. De acuerdo con estos versículos, ¿cómo nosotros, creemos en la naturaleza eterna del castigo por los pecados?

1ª Timoteo 2:3-4


«Porque esto es bueno y agradable delante de Dios nuestro Salvador, 4 el cual quiere que todos los hombres sean salvos y vengan al pleno conocimiento de la verdad».


¿Prueba Este Versículo que Dios Salvará a Todas las Personas?

No. Simplemente declara que Dios «quiere que todos los hombres sean salvos». La palabra en griego para «quiere», es, «dsélo», la cual se usa en el siguiente pasaje:

  • «Pero si alguno cree que no está obrando correctamente con respecto a su hija virgen, si ella es de edad madura, y si es necesario que así se haga, que haga lo que quiera, no peca; que se case» (1ª Corintios 7:36).

También quiere decir «deseo»:

  • «Sentándose, llamó a los doce y les dijo: Si alguno desea ser el primero, será el último de todos y el servidor de todos» (Marcos 9:35).

¿Qué es lo que Dios Quiere / Desea?

Que todos los hombres sean salvos; pero no todas las personas serán salvas. ¿Pero está esto declarando que la voluntad de Dios no es llevada a cabo? Sí y no. Dios quiere que todas las personas dejen de pecar. ¿Pero no continúan pecando? Sí.

¿Se Cumple en Esto la Voluntad de Dios?

No. ¿Sigue estando Dios en control? Sí. Aunque la voluntad de Él con relación a que las personas dejen de pecar no se lleve a cabo. Finalmente, aquellos que no han sido justificados por la fe en Cristo, serán juzgados por sus pecados y estarán bajo el juicio de condenación de Dios. Sin embargo, y de acuerdo con Ezequiel 33:11, Dios no quiere que ellos perezcan: «Diles: «Vivo yo» —declara el Señor Dios— «que no me complazco en la muerte del impío, sino en que el impío se aparte de su camino y viva. Volveos, volveos de vuestros malos caminos. ¿Por qué habéis de morir, oh casa de Israel?». Pero si el impío no se vuelve de su camino, ¿perecerá? Sí, porque Dios castigará al pecador que no ha sido cubierto por la sangre de Cristo.

Juan 3:16

  • «El que cree en el Hijo tiene vida eterna; pero el que no obedece al Hijo no verá la vida, sino que la ira de Dios permanece sobre él».

Considere el caso de un juez que debe aplicar justicia sentenciando a un hombre a la muerte. El juez es un buen hombre, honesto y lleno de misericordia. Sin embargo, él debe cumplir la ley colocada delante de él. ¿Es su voluntad (quiere, desea) sentenciar al hombre a la muerte? Creemos que no. Pero debido a que existen leyes, él debe cumplirlas a cabalidad. De igual forma es con Dios. Él no quiere, Él no desea que las personas perezcan, pero muchas lo harán porque rechazan a Dios y Su Mesías. Estas personas enfrentarán el juicio del Dador de la Ley para que la misma se cumpla.

¿Prueba entonces 1ª Timoteo 2:3-4 que Dios salvará a todos los hombres? No.

2ª Pedro 3:9


«El Señor no se tarda en cumplir su promesa, según algunos entienden la tardanza, sino que es paciente para con vosotros, no queriendo que nadie perezca, sino que todos vengan al arrepentimiento».


El Argumento Anterior y Cómo Aplica a Este Pasaje

Dios puede y quiere / desea que las personas sean salvas, sin embargo, Su deseo no es llevado a cabo por las personas que se condenarán. Aún más, el arrepentimiento es algo dado por Dios:

  • «corrigiendo tiernamente a los que se oponen, por si acaso Dios les da el arrepentimiento que conduce al pleno conocimiento de la verdad» (2ª Timoteo 2:25).

Si Dios quiere que todos sean salvos, ¿por qué es que Dios no les concede lo que necesitan para ser salvos? Porque aquel que se opone, es corregido y no se arrepiente, simplemente Dios no le concederá el arrepentimiento. ¿Pero puede Dios hacer que las personas caminen de acuerdo con Su Palabra? Sí puede:

  • «Pondré dentro de vosotros mi espíritu y haré que andéis en mis estatutos, y que cumpláis cuidadosamente mis ordenanzas» (Ezequiel 36:27).

Entonces, ¿por qué Dios no les concede arrepentimiento a todos y coloca Su Espíritu en ellos para que anden en Sus estatutos, guardando Sus preceptos para ponerlos por obra? Y no olvidemos donde Jesús dijo que hablaba en parábolas para que las personas no entendieran lo que quería decir:

  • «Y les decía: A vosotros os ha sido dado el misterio del reino de Dios, pero los que están afuera reciben todo en parábolas; 12 para que viendo vean pero no perciban, y oyendo oigan pero no entiendan, no sea que se conviertan y sean perdonados» (Marcos 4:11-12).

Note que las parábolas las enseñó para que, «viendo, vean y no perciban; y oyendo, oigan y no entiendan»; Pablo declara en Romanos que Dios endureció a Israel para que no viera o escuchara la verdad:

  • «Tal como está escrito: Dios les dio un espíritu de estupor, ojos con que no ven y oídos con que no oyen, hasta el día de hoy» (Romanos 11:8).

Y para hacer las cosas más complicadas, Dios le ha ordenado que Israel responda en fe a Su llamado:

  • «Sordos, oíd; ciegos, mirad y ved» (Isaías 42:18).

¿Qué vamos a hacer con todo esto? Si es la voluntad de Dios que todos sean salvos, ¿por qué entonces no les concede a todos el arrepentimiento? ¿Por qué no coloca de Su Espíritu es todas las personas? ¿Por qué el Señor habla en parábolas para que las personas no entendieran? ¿Por qué endureció a Israel para que no aceptaran al Mesías?

Indudablemente hay mucho más en todo esto que un simple, «Dios quiere que todas las personas sean salvas, por lo tanto, ellas lo serán». Hay mucho más en la voluntad y propósito de Dios que una intención general de salvar a todas las personas.

¿Puede Dios Querer / Desear una Cosa y, sin Embargo, Ordenar Otra?

Sí. Dios puede desear una cosa y ordenar otra. Por ejemplo, es claro que Dios no quiere que las personas pequen, sin embargo, Hechos 2:23, declara: «a este, entregado por el plan predeterminado y el previo conocimiento de Dios, clavasteis en una cruz por manos de impíos y le matasteis». Dios determinó y anticipó que Jesús fuera a la cruz. Pero para que eso sucediera, el hombre tenía que haber pecado. ¿Quería Dios que el hombre pecara? No. Pero sucedió y Dios ya había determinado y anticipado la muerte de Su Hijo antes de que esto sucediera.

De igual forma, Herodes (Lucas 23:11), Pilatos (Lucas 23:24) y los judíos (Lucas 23:21), pecaron en sus propios esfuerzos que llevaron a la muerte de Cristo.

¿Qué Dice Hechos 4:27-28?

Sin embargo, este pasaje registra:

  • «Porque en verdad, en esta ciudad se unieron tanto Herodes como Poncio Pilato, juntamente con los gentiles y los pueblos de Israel, contra tu santo siervo Jesús, a quien tú ungiste, 28 para hacer cuanto tu mano y tu propósito habían predestinado que sucediera»

No fue la voluntad de Dios que Herodes, Pilatos y los judíos cometieran pecado, sin embargo, en Su consejo había determinado que las cosas sucedieran. Recuerde: Los caminos de Dios no son los nuestros. Él es soberano sobre toda la creación y puede aun usar a hombres pecadores para llevar a cabo Su voluntad.

Considere a Faraón. Dios le dijo a Moisés que le ordenara a Faraón que dejara ir a Su pueblo (Éxodo 8:1), sin embargo, Dios en Éxodo 4:21, dice:

  • «Y el Señor dijo a Moisés: Cuando vuelvas a Egipto, mira que hagas delante de Faraón todas las maravillas que he puesto en tu mano; pero yo endureceré su corazón de modo que no dejará ir al pueblo».

Considere a Sehón, rey de Hesbón. En este pasaje Dios declara que pondrá temor y espanto en el rey:

  • «Hoy comenzaré a infundir el espanto y temor tuyo entre los pueblos debajo del cielo, quienes, al oír tu fama, temblarán y se angustiarán a causa de ti» (Deuteronomio 2:25).

Más adelante:

  • «Pero Sehón, rey de Hesbón, no quiso dejarnos pasar por su tierra porque el Señor tu Dios endureció su espíritu e hizo obstinado su corazón, a fin de entregarlo en tus manos, como lo está hoy» (Deuteronomio 2:30).

Pero esto nos hace preguntarnos: ¿Pudo haber Dios evitado que ellos pecaran? Sí, Él pudo. ¿Recuerda a Abimelec en Génesis 20? Él era el rey de Gerar y Abraham había dicho que su esposa Sara era su hermana: «Y Abraham dijo de Sara su mujer: Es mi hermana. Entonces Abimelec, rey de Gerar, envió y tomó a Sara» (Génesis 20:2). Abimelec hubiera pecado, pero Dios no lo permitió: «Entonces Dios le dijo en el sueño: Sí, yo sé que en la integridad de tu corazón has hecho esto; y además, yo te guardé de pecar contra mí; por eso no te dejé que la tocaras» (Génesis 20:6).

Bien, ¿por qué se han mencionado tantos versículos «contradictorios» que tratan con la voluntad y propósitos de Dios? Para demostrar que Dios puede desear una cosa y sin embargo, ordenar otra. Él puede desear que todos los hombres sean salvos y sin embargo, ordenar que esto no ocurra.

¿Por qué Dios Haría Tales Cosas?

El único lugar en la Escritura que podemos obtener una respuesta cercana a esta pregunta la encontramos en,

  • «¿Y qué, si Dios, aunque dispuesto a demostrar su ira y hacer notorio su poder, soportó con mucha paciencia a los vasos de ira preparados para destrucción? 23 Lo hizo para dar a conocer las riquezas de su gloria sobre los vasos de misericordia, que de antemano Él preparó para gloria» (Romanos 9:22-23).

Este pasaje de la Escritura ha sido debatido y analizado por un grupo de teólogos y no buscaré aquí presentar una defensa de la posición que sostengo. Más bien, concluiré diciendo que finalmente es para la gloria de Dios y de Su soberanía, que Él en Su voluntad trabaja de acuerdo con Su propósito y no en el propósito del hombre.

Por Matt Slick

Presidente y Fundador del Ministerio de Apologética e Investigación Cristiana. Matt obtuvo su Licenciatura en Ciencias Sociales en la Universidad Concordia, en Irvine, California en 1988. Obtuvo su Maestría en Divinidades en el Seminario Teológico de Westminster en Escondido, California en 1991.

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