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24 de noviembre de 2008
Título Original: Si Dios es Inmutable ¿Cómo Puede Jesús ser Dios Encarnado?
Acerca de la Inmutabilidad y Encarnación de Dios
La inmutabilidad, es la enseñanza de que Dios no cambia en naturaleza. Su carácter, conocimiento, y existencia son sin sombra de variación. Dios siempre ha estado en todo lugar en todo tiempo. Él siempre ha sido santo, divino, omnisciente, omnipresente, omnipotente y puro. Estas cosas no pueden cambiar debido a que son aspectos inherentes a Su naturaleza. Pero ¿cómo reconciliamos la encarnación del Logos (la Palabra, la cual es Dios) y la doctrina de que Dios no cambia (Su inmutabilidad)? La respuesta descansa en el entendimiento de las doctrinas de la Trinidad, la encarnación, y la relación de las dos naturalezas de Cristo.
La Doctrina de la Trinidad
Esta afirma que un solo Dios existe en tres personas; el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. El Hijo (Jesús) es el Logos (la Palabra) que se encarnó:
- «1 En el principio existía el Verbo, y el Verbo estaba con Dios, y el Verbo era Dios. 14 Y el Verbo se hizo carne, y habitó entre nosotros, y vimos su gloria, gloria como del unigénito[o] del Padre, lleno de gracia y de verdad» (Juan 1:1, 14).
Las dos Naturalezas de Jesús en la Inmutabilidad y Encarnación de Dios
La Biblia nos enseña que Jesús tiene dos naturalezas: Dios y hombre. Esto se conoce como la doctrina de la unión hipostática. En estos momentos, Jesús es tanto Dios como hombre. Como persona, existe con dos naturalezas. La naturaleza divina «se unió» con la naturaleza humana en la sola persona de Cristo. La naturaleza divina no cambió para nada en esta «unión». Por favor, entienda que la naturaleza divina no se combinó con la humana formando una tercera, como dios-hombre. Esto es conocido como monofisitismo, pero es herético.
El Communicatio Idiomatum
Las dos naturalezas están «en comunicación» entre sí, y los atributos de cada naturaleza están atribuidos a la sola persona de Jesús. Esto se conoce como el communicatio idiomatum, frase en latín que significa, la «comunicación de las propiedades». En otras palabras, la sola persona de Cristo «reclama» los atributos completos de cada naturaleza:
- «Y ahora, glorifícame tú, Padre, junto a ti, con la gloria que tenía contigo antes que el mundo existiera» (Juan 17:5).
Tenga en cuenta que Jesús, el hombre, está reivindicando Su existencia y gloria que tenía con el Padre antes de la fundación del mundo. Esto se debe a que Jesús, la persona, tiene dos naturalezas, la divina y la humana, y los atributos de la naturaleza divina fueron atribuidos a la sola persona de Cristo.
¿Cambió el Logos?
No. Ni en el mismo momento en que este unió Su naturaleza divina a la naturaleza humana, Dios simplemente se unió con la naturaleza humana de la persona a la que se llamaría Jesús. De esta forma, las dos naturalezas distintivas existieran simultáneamente en Él. Esta es la razón por la que Pablo dice, «Porque toda la plenitud de la Deidad reside corporalmente en él» (Colosenses 2:9).
¿Está Cuestionada la Inmutabilidad de Dios?
Para que se cuestionara la inmutabilidad del Logos hubiera tenido que cambiar al mezclarse con la naturaleza humana en una nueva y tercera cosa. Esto significaría que «el Logos» dejaría se ser. Sería una nueva y tercera naturaleza –«Logos-Hombre»– la cual no sería ni divina ni humana. Aún más, la doctrina de la encarnación niega todo o cualquier cambio en el Logos divino. Esta doctrina declara simplemente que el Logos se hizo carne, pero no significa que haya cambiado Su naturaleza. El Logos reside en la persona de Cristo con Su naturaleza humana, de forma que Jesús, tiene dos naturalezas distintivas.
Por lo tanto, podemos concluir que la Divinidad participa en la humanidad a través de la encarnación de Cristo, pero la Divinidad en Sí, no ha cambiado absolutamente nada.