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«¿Acaso le dieron muerte Ezequías, rey de Judá, y todo Judá? ¿No temió él al Señor y suplicó el favor del Señor, y el Señor se arrepintió del mal que había pronunciado contra ellos? Nosotros, pues, estamos cometiendo un gran mal contra nosotros mismos» (Jeremías 26:19 – Énfasis añadido).
La palabra hebrea para «arrepintió», es, «nacham», la cual también significa, «ceder», «transigir» y «no significa que Dios cambió de opinión sino que se aventuró (embarcó) en otro curso de acción. La palabra hebrea ‘nacham’ sugiere alivio o satisfacción desde un curso de acción planeado no deseado. Dios no es inflexible; Él responde a las necesidades de los individuos, actitudes y acciones».[1]
Diferentes versiones de la Biblia traducen este versículo de forma diferente. De cualquier forma, el Señor conoce el futuro y declara lo que sucederá si diferentes opciones son hechas. Por ejemplo, «Si usted hace esto, entonces, esto es lo que sucederá; y si hace esto, esto es lo que pasará». Esto no significa que Dios es ignorante del futuro y que tiene que adaptarse al mismo. Al contrario, significa que Dios sabe exactamente lo que sucederá en el futuro de acuerdo a las diferentes opciones. Esto no es posible si Dios no conoce el futuro en forma amplia y precisa.
Sin embargo, en Jeremías 26:19, leemos a Dios tratando con Ezequías. Ese «arrepintió», es la referencia de cómo Dios trata con nosotros en nuestro marco de tiempo. Lo percibimos como si Dios está cambiando de mente, pero desde la eternidad Dios sabía lo que sucedería y lo que haría ante la misma circunstancia.
Aún más, con frecuencia, el Señor nos habla en nuestro marco de tiempo para que lo que Él quiera se lleve a cabo. Es importante entender que Dios trae ciertos cambios en las personas al decirles que serán castigados si continúan pecando. Ellos escuchan el pronunciamiento de Dios, cambian sus caminos y llegan al arrepentimiento. Entonces Dios, «cambia» Su castigo a bendiciones para ellos. Pero esto no significa que Dios no sabía desde la eternidad que ellos cambiarían sus caminos. Más bien, esto significa que desde la eternidad Dios estableció los medios por los cuales ellos cambiarían; es decir, Su pronunciamiento de juicio el cual los motivaría a ellos a cambiar. Esto está obrando de acuerdo a nuestro marco de tiempo, el cual no es necesario para Dios, sino para nosotros. Los medios que Dios usa para traer cambio son con frecuencia las diferentes opciones que Él nos da. Como criaturas libres, Él nos da la opción de cambiar; sabiendo con anticipación cuáles serán nuestras opciones por lo que Él nos advierte; trayendo por lo tanto, el cambio a través de Su interacción con nosotros. Esta es una mejor explicación que asumir que Dios es ignorante, que puede cometer errores y que se arriesga.
Notas a pie de página:
[1] Walvoord, John F., y Roy B. Zuck, «Comentario del conocimiento de la Biblia» («The Bible Knowledge Commentary»), Wheaton, IL: Scripture Press Publications, 1985.