Una Ilustración de lo que Realmente es Apologética

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Una Ilustración de lo que Realmente es Apologética
Una Ilustración de lo que Realmente es Apologética

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6 de agosto de 2007

El siguiente artículo es una ilustración de lo que realmente es la apologética. La cual es, algo así como una labor solitaria. Es posible que una persona se esfuerce trabajando en apologética, defender la Palabra de Dios, responder preguntas, razonar con las personas y al hacerlo pareciera como si esto no valiera la pena. Para el apologeta, el desánimo es una realidad. Por la gracia de Dios, existen ciertas victorias; pero existen muchos encuentros que podrían ser simplemente calificados como «no rentables».

Para ayudarlos a mantener sus ojos en el verdadero tema, les ofrezco una ilustración de lo que realmente es apologética. La idea es darle a entender cuál es su trabajo como apologeta, como alguien que responde preguntas y objeciones, y les señalan a las personas el camino hacia Jesús. Yo creo que si Ustedes entienden dónde están y cuál es su «trabajo», no tendrán que lidiar con el desánimo con el que se pudieran encontrar algunas veces.

Una Ilustración de lo que Realmente es Apologética

La apologética es como un campo. En el centro del campo hay un jardín. Este jardín tiene una puerta, y esa puerta es Jesús. Existe un solo camino que lleva hacia esa puerta. Dentro del jardín está la vida eterna en la presencia de Dios. Sin embargo, fuera del campo hay piedras, rocas, espinas, abrojos, valles, montañas, y muchos caminos que «aparentemente» pueden guiar a las personas a llegar a esa puerta.

El apologeta reside en el campo y les señala a las personas el camino verdadero para que así ellas puedan encontrar el jardín. El apologeta busca quitar las espinas intelectuales y las piedras emocionales que prevenir a las personas de encontrar el camino verdadero a Dios. Existen también muchas personas que se encuentran recorriendo muchos caminos en forma equivocada (cultos no cristianos, filosofías, etc.) los cuales nunca llegarán ni cerca de esa puerta que va hacia ese Jardín. El apologeta en forma suave guía a la persona, quita los obstáculos, y señala el camino correcto a esa puerta. Cuando las personas llegan ahí, es entre ellas y Dios si entran o no.

Imagínese a sí mismo como un trabajador en el campo. Su trabajo no consiste en salvar a alguien. Su trabajo es señalar el camino correcto. Usted no es el único que se encuentra en el campo. Llevarlos a ellos al jardín no es su trabajo. Ellos llegarán allí; usted simplemente será un colaborador.

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