Los mormones históricamente enseñan que las varas de Judá y José en Ezequiel 37 representan la Biblia y el Libro de Mormón. Según esta interpretación, José Smith unió ambos textos en un solo cuerpo de escritura, cumpliendo así la profecía de las «dos varas convertidas en una». Aún hoy, muchos misioneros mormones repiten esta enseñanza. Pero ¿es este un doble cumplimiento en el Libro de Mormón? Revisemos el contexto.

¿Doble Cumplimiento en el Libro de Mormón? Estudiando el Contexto de Ezequiel 37

vv. 15-18:

  • «15 Y vino a mí la palabra del Señor: 16 «Tú, hijo de hombre, toma una vara y escribe en ella: “Para Judá y para los israelitas, sus compañeros”. Toma luego otra vara y escribe en ella: “Para José, la vara de Efraín, y para toda la casa de Israel, sus compañeros”. 17 Júntalas la una con la otra en una sola vara para que sean una sola en tu mano. 18 »Y cuando los hijos de tu pueblo te pregunten: “¿No nos explicarás qué quieres decir con esto?” …

vv. 19-20:

  • «… 19 diles: “Así dice el Señor Dios: ‘Voy a tomar la vara de José, que está en la mano de Efraín, y las tribus de Israel, sus compañeros; las pondré con aquella, con la vara de Judá, y las haré una sola vara, y serán una en Mi mano’”. 20 Las varas en que escribas estarán en tu mano a la vista de ellos» (Nueva Biblia de las Américas — NBLA).

Interpretación Concreta del Pasaje en el Contexto: ¿Existe un Doble Cumplimiento en el Libro de Mormón?

Doble Cumplimiento en el Libro de MormónEsta interpretación es dada muy claramente en el texto. Si una persona continúa leyendo, el pensamiento continúa sin interrupción en los siguientes versículos:

  • «21 y diles: “Así dice el Señor Dios: ‘Voy a tomar a los israelitas de entre las naciones adonde han ido, los recogeré de todas partes y los traeré a su propia tierra. 22 Y haré de ellos una nación en la tierra, en los montes de Israel; un solo rey será rey de todos ellos; nunca más serán dos naciones, y nunca más serán divididos en dos reinos» (Ezequiel 37:21-22 — NBLA).

Los dos palos, varas o estacas representan los reinos de Judá e Israel. Dios promete reunirlos en una sola nación y nunca más dividirlos (1º Reyes 12; 2º Crónicas 10:1-11:4). Antes de la división, eran un solo reino, y esta profecía confirma su futura restauración. Este pasaje destaca por su claridad, ya que incluye su propia interpretación profética de inmediato.

Doble Cumplimiento en el Libro de Mormón

Sin embargo, algunos Santos de los Últimos Días (SUD) han sugerido que tal vez se trate de un caso de «doble cumplimiento». Los comentaristas judíos y cristianos por igual siempre han reconocido que hay algunas profecías en las Escrituras que predicen acontecimientos cercanos al momento en que se dan y con un alcance más localizado para las personas que las reciben, pero que la profecía también se refiere a un acontecimiento mucho más lejano que es mucho más amplio y de mayor alcance. Entonces, algunos SUD preguntarán, ¿por qué la profecía del «palo» no puede ser una de estas?

Cómo Interpretar Correctamente el Texto

Este caso no representa un «doble cumplimiento» porque ninguna interpretación es inmediata en tiempo ni local en su alcance. Ambas son eventos de largo alcance, grandiosos y universales que se sitúan lejos en el futuro de los oyentes originales. José Smith vivió más de 2.000 años después y en el lado opuesto del mundo de Ezequiel y sus lectores. Se afirma que su papel profético abarca a todos los pueblos del mundo, lo que no constituye un cumplimiento inmediato para quienes recibieron la profecía de Ezequiel. Tampoco lo es, por supuesto, la promesa de reunir a todo el pueblo de Israel bajo un solo Rey en un reino unido, una profecía claramente vinculada al reino mesiánico venidero, como se explicita a continuación:

Ezequiel 37:24-25:

  • «24 ’Mi siervo David será rey sobre ellos, y todos ellos tendrán un solo pastor; andarán en Mis ordenanzas y guardarán Mis estatutos y los cumplirán. 25 Habitarán en la tierra que di a Mi siervo Jacob, en la cual habitaron sus padres; en ella habitarán ellos y sus hijos, y los hijos de sus hijos para siempre; y Mi siervo David será su príncipe para siempre» (NBLA).

El doble cumplimiento no significa dos grandes interpretaciones globales diferentes, ambas muy lejanas en el tiempo. No es una licencia libre para aplicar cualquier profecía a cualquier cosa si puedes hacer que algunas de las palabras encajen. Es un tipo específico de profecía en la que un acontecimiento razonablemente inmediato y local también apunta a un acontecimiento posterior, mucho mayor y típicamente mesiánico.

¿Y si uno Decide por el Bien del Argumento …?

Aunque uno acepte, por el bien del argumento, que Ezequiel 37:15-20 señala hacia adelante a dos cuerpos de escrituras israelitas que se unen en uno, la afirmación SUD de que esta es la Biblia y el Libro de Mormón no funcionaría. Ironía de ironías: incluso en esta interpretación, el Libro de Mormón se descalifica a sí mismo. Ezequiel 37:16 identifica la vara o bastón de José como la «Vara de Efraín», y el versículo 19 reitera que la vara de José está «en la mano de Efraín». Aunque sin base significativa, si interpretamos esta vara como un cuerpo de escritura, esa escritura tendría que estar vinculada a Efraín y poseída por él. Sin embargo, en Alma 10:3 del Libro de Mormón, leemos:

Alma 10:3

  • «Y Aminadí era descendiente de Nefi, que era hijo de Lehi, que vino de la tierra de Jerusalén, y el cual era descendiente de Manasés, que era hijo de José, el que fue vendido para Egipto por sus hermanos».

¿De Quién Eran Hijos los Nefitas?

Los Nefitas y los hijos de Lehi se identificaban como hijos de José, pero no por Efraín, sino por su otro hijo, ManasésNo eran efraimitas, sino manasitas. Lehi y sus hijos venían de Jerusalén, una ciudad en el reino de Judá. Los Nefitas carecen de conexión significativa con Efraín: ni con el hombre, ni con la tribu, ni con la tierra. No pueden ser el Efraín cuyo nombre lleva la enfermedad de José o en cuya mano se encuentra el bastón. Aunque uno confunda Ezequiel 37:15-20 con una profecía sobre dos cuerpos de escritura, el Libro de Mormón no encaja. No importa las concesiones que se hagan: no hay forma de leer Ezequiel 37 como una promesa a José Smith y su libro.

Por, Luke Wayne

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Por Carlos E. Garbiras

Carlos Enrique Garbiras es Director general en Ministerio de Apologética e Investigación Cristiana (MIAPIC). Actualmente, sirve en predicación y enseñanza de la Palabra de Dios en Bogotá, donde dirige además la Escuela de Estudios Teológicos MIAPIC.

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