Aprenda los tres versículos para testificar.Aprenda los tres versículos para testificar.

Si usted desea estudiar solo un artículo de la sección de evangelismo, este es el artículo, y la razón es simple. Aquí aprenderá tres versículos importantes al testificar: Isaías 55:11; Romanos 1:16; y Juan 12:32.

Primer Versículo: Isaías 55:11:

«Así será Mi palabra que sale de Mi boca, No volverá a Mí vacía Sin haber realizado lo que deseo, Y logrado el propósito para el cual la envié».

La Palabra de Dios es única:

Por Su Palabra todas las cosas fueron creadas:

  • «Entonces dijo Dios: «Sea la luz». Y hubo luz»» (Génesis 1:3).
  • «Por la fe entendemos que el universo fue preparado por la palabra de Dios, de modo que lo que se ve no fue hecho de cosas visibles» (Hebreos 11:3).

Jesús es llamado el Verbo / la Palabra:

  • «1 En el principio ya existía el Verbo, y el Verbo estaba con Dios, y el Verbo era Dios. 14 El Verbo se hizo carne, y habitó entre nosotros, y vimos Su gloria, gloria como del unigénito del Padre, lleno de gracia y de verdad» (Juan 1:1, 14)

Cuando Jesús caminó sobre la tierra, Él enseñó con palabras, y Sus palabras tenían un efecto muy fuerte sobre las personas. A algunos enojó, a otros quebrantó; pero cuando Jesús hablaba se sucedían cosas.

Jesús perdonó pecados al hablar la palabra:

  • «Al ver Jesús la fe de ellos, dijo: «Hombre, tus pecados te son perdonado»» (Lucas 5:20).

Resucitó muertos con solo decir la palabra:

  • «Habiendo dicho esto, gritó con fuerte voz: «¡Lázaro, sal fuera!»» (Juan 11:43).

Calmó al viento y al mar al solo reprenderlos con Sus palabras:

  • «Y Él les contestó: «¿Por qué tienen miedo, hombres de poca fe?». Entonces Jesús se levantó, reprendió a los vientos y al mar, y sobrevino una gran calma»» (Mateo 8:26).

Echó fuera demonios solo con declararlo:

  • «»¡Vayan!», les dijo Jesús. Y ellos salieron y entraron en los cerdos; y la manada entera se precipitó por un despeñadero al mar, y perecieron en las aguas» (Mateo 8:32)

Sanó al declarar Su palabra:

  • «Extendiendo Jesús la mano, lo tocó, diciendo: «Quiero; sé limpio». Y al instante quedó limpio de su lepra. 13 Entonces Jesús dijo al centurión: «Vete; así como has creído, te sea hecho». Y el criado fue sanado en esa misma hora»» (Mateo 8:3, 13).

La Palabra se describe con varias cualidades:

  • Es inspirada:
    • «Toda Escritura es inspirada por Dios y útil para enseñar, para reprender, para corregir, para instruir en justicia» (2ª Timoteo 3:16).
  • Es verdad:
    • «Tú estás cerca, Señor, y todos tus mandamientos son verdad» (Salmo 119:151).
  • Hace libre:
    • «y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres» (Juan 8:32).
  • Produce fe:
    • «Así que la fe viene del oír, y el oír, por la palabra de Cristo» (Romanos 10:17).
  • Juzga:
    • «Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que cualquier espada de dos filos; penetra hasta la división del alma y del espíritu, de las coyunturas y los tuétanos, y es poderosa para discernir los pensamientos y las intenciones del corazón» (Hebreos 4:12).

La Palabra de Dios es un arma poderosa. Esta es la razón por la que debe memorizarla.

Segundo Versículo: Romanos 1:16

«Porque no me avergüenzo del evangelio, pues es el poder de Dios para la salvación de todo el que cree, del judío primeramente y también del griego».

¿Qué es el Evangelio?

  • «Ahora les hago saber, hermanos, el evangelio que les prediqué, el cual también ustedes recibieron, en el cual también están firmes, por el cual también son salvos, si retienen la palabra que les prediqué, a no ser que hayan creído en vano. Porque yo les entregué en primer lugar lo mismo que recibí: que Cristo murió por nuestros pecados, conforme a las Escrituras; que fue sepultado y que resucitó al tercer día, conforme a las Escrituras» (1ª Corintios 15:1-4)

Por lo tanto, el evangelio es la muerte de Cristo por nuestros pecados, Su sepultura y posterior resurrección. Es el mensaje poderoso de salvación para los pecadores. Si usted sabe que la Palabra de Dios llevará a cabo lo que Dios quiere y si reconoce que el evangelio tiene poder para salvar, entonces, se le facilitará al saber, que al testificar está usando dos armas poderosas: La Palabra de Dios y el evangelio de Dios. La Palabra de Dios es la Biblia, y el evangelio de Dios Su revelación para redención.

Tercer Versículo: Juan 12:32

«Pero Yo, si soy levantado de la tierra, atraeré a todos a Mí mismo».

Jesús, específicamente, está hablando de Su crucifixión. Él es quien atraerá a Sí, aquellos que han de ser salvos. Cuando usted presenta el evangelio (1ª Corintios 15:1-4), la muerte sacrificial de Jesús por los pecados debe también presentar que Jesús atraerá a los pecados a Sí mismo. Él es quien hace el trabajo; no usted. Por esto y más memorice los tres versículos importantes para testificar.

Como cristiano debe testificar con la verdad, honestidad e integridad. En la medida en que Dios le da la oportunidad, usted deberá responder con amabilidad y ser apto para enseñar (2ª Timoteo 2:24). Así, le señalará a Jesús a las personas. Él es el único que salva.

Si usted sabe que la Palabra de Dios llevará a cabo lo que Él desea, entenderá que la responsabilidad de la salvación no descansa en usted sino en Dios. Usted es el maestro, la persona que entrega las buenas nuevas: «¿Cómo, pues, invocarán a Aquel en quien no han creído? ¿Y cómo creerán en Aquel de quien no han oído? ¿Y cómo oirán sin haber quien les predique?» (Romanos 10:14). Es usted quien les ayudará a escuchar.

Estos tres versículos importantes para testificar, le ayudarán a ganar confianza. Usted testifique que Dios salva. Plante la semilla, Dios les da agua. Él lo usa y es la Palabra la que lleva a cabo la salvación. Es Su evangelio el que es poderoso. Es Su Hijo Jesús quien atrae a los pecadores. Usted testifica. Es con la Palabra de Dios que Usted testifica con poder.

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Por Matt Slick

Presidente y Fundador del Ministerio de Apologética e Investigación Cristiana. Matt obtuvo su Licenciatura en Ciencias Sociales en la Universidad Concordia, en Irvine, California en 1988. Obtuvo su Maestría en Divinidades en el Seminario Teológico de Westminster en Escondido, California en 1991.

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