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Ciertamente, este versículo es difícil de analizar. David fue movido a censar al pueblo de Israel y al hacerlo, pecó contra Dios. Debido a lo que David hizo, el Señor le dio tres opciones de cómo Su juicio, por causa de este pecado, caería sobre Israel. David eligió caer en las manos del Señor, por lo que Dios envió una plaga sobre Israel y 70.000 personas murieron:
«Y el Señor envió pestilencia sobre Israel, y cayeron setenta mil hombres de Israel. 15 Y envió Dios un ángel a Jerusalén para destruirla; pero cuando estaba a punto de destruirla, miró el Señor y sintió pesar por la calamidad, y dijo al ángel destructor: Basta, detén ahora tu mano. Y el ángel del Señor estaba junto a la era de Ornán jebuseo» (1º Crónicas 21:14-15).
No parece existir razón alguna para retrasar tal intercesión, por ejemplo, una lección que deba darse a las personas a través de un juicio o calamidad. Es un tema acerca de castigo y por alguna razón el Señor le dice al ángel que se detenga antes que Israel fuera destruido. Este texto trae varias preguntas a la mente:
¿No conocía Dios Su propio corazón y sabía que no quería destruir a Jerusalén? Si es así, ¿por qué enviaría a un ángel al que posteriormente llamaría, cuando parecía no haber alguna intercesión u oraciones llevadas a cabo por alguien? ¿Concluiremos que Dios se estaba arrepintiendo de la misma destrucción que Él había causado? ¿Cambia el estado emocional de Dios de forma que Sus acciones cambien aunque Él tiene un conocimiento perfecto de todas las cosas?
El teísmo abierto no ofrece alguna mejor explicación a esas preguntas de las que ofrece el teísmo clásico. Desde la posición teísta abierta, Dios conoce todas las cosas del presente, incluyendo Su propio corazón. Seguramente Él hubiera conocido Su propia ira y hubiera sido perfectamente capaz de predecir Su propia conducta y ceder, por lo tanto, ante la posible destrucción de Israel. Y lo más probable, claro está, es que el pueblo de Israel estuviera orando y el Señor, al escuchar esas oraciones se haya arrepentido; pero eso no es lo que el texto dice.
La única explicación que podemos ofrecer, es que esos versículos están mostrando a Dios tanto en juicio como en compasión. Aún más, la compasión de Dios se demuestra en que cede para no destruir a Jerusalén, ya que Dios sabía que ese sería el lugar futuro de la crucifixión de Cristo.