El mensaje del mormonismo es un mensaje de la supuesta «restauración» de la iglesia llevada a cabo por Joseph Smith en la América del siglo XIX. Pero, ante todo, para que algo sea restaurado, debe estar perdido o destruido. Así, en el corazón mismo de la enseñanza mormona está la idea de la «gran apostasía». Pero ¿realmente existió una gran apostasía de Cristo?
¿Gran Apostasía Después de Cristo?
Para empezar, esta enseñanza afirma que, al momento de la muerte de los apóstoles, la «autoridad del sacerdocio» dada por Jesús a Su iglesia se perdió. Sin esa autoridad, la iglesia no podía mantener la plenitud del evangelio. Por lo tanto, cayó y necesitaba ser restaurada. A través de Joseph Smith, dicen, Dios restauró el sacerdocio, el evangelio y la verdadera iglesia, perdido supuestamente en esa temprana «gran apostasía». Así, todo el sistema mormón depende de esta idea de una apostasía total de la iglesia primitiva después de la muerte de los apóstoles. Si este evento no ocurrió, todo lo que enseña el mormonismo no tiene sentido. Sin embargo, el problema para el mormonismo, es que ¡esta «gran apostasía» es totalmente antibíblica y contraria a las mismas promesas y enseñanzas de Jesús mismo! Ciertamente no sucedió. La Biblia no lo enseña. Claramente, está en contra de tal idea o noción.
La Iglesia de Cristo Triunfante
Jesús prometió claramente que Su Iglesia permanecería firme y nunca sería vencida. Aseguró que cumpliría su misión desde aquel momento hasta el fin de los tiempos, sin necesidad de una restauración. Después de que Pedro confesara que Jesús era el Cristo, el Hijo del Dios viviente, Jesús explica:
- «Yo también te digo que tú eres Pedro [Gr. Petros; i.e. una piedra.], y sobre esta roca [Gr. petra; i.e. una piedra grande.] edificaré Mi iglesia; y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella» (Mateo 16:18 — Nueva Biblia de las Américas — NBLA).
¿Habría entonces una gran apostasía después de Cristo?
Jesús fue Claro: No Habría Apostasía Después de Él
Aquí, Jesús no es ambiguo. Él iba a construir Su propia iglesia. Las puertas del Hades no la vencerían; ni ahora ni nunca. Así lo prometió Jesús, garantizando la permanencia de Su Iglesia. Si esta hubiera sido destruida tras la muerte de los apóstoles y la apostasía de los miembros, esta promesa no se habría cumplido. Por último, la noción mormona de la gran apostasía después de Cristo, es totalmente inconsistente con las palabras de Jesús. Es más, después de Su resurrección, Jesús comisionó a Sus discípulos con las siguientes palabras:
Mateo 28:18-20
- «18 Pero él se acercó y les dijo: «Dios me ha dado todo el poder para gobernar en todo el universo. 19 Ustedes vayan y hagan más discípulos míos en todos los países de la tierra. Bautícenlos en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. 20 Enséñenles a obedecer todo lo que yo les he enseñado. Yo estaré siempre con ustedes, hasta el fin del mundo» (Traducción en lenguaje actual — TLA).
¿Cómo Debería Llevarse a Cabo Su Obra?
Observe que esta obra debía llevarse a cabo bajo la autoridad de Jesús y con Su misma presencia desde ese momento hasta el fin de este siglo. Aquí no hay interrupción. Él no dijo que estaría con ellos en autoridad por un corto tiempo para luego ausentarse por 1.800 años, y repentinamente presentarse de nuevo. Jesús prometió que, hasta el fin de este siglo, la predicación iría a todo el mundo basada en Su autoridad irrevocable sobre todas las cosas. De nuevo, esto promete exactamente lo contrario de la doctrina de la «gran apostasía» de los SUD.
Las Parábolas y el Crecimiento Continuo del Reino
El Reino que Jesús vino a traer no iba a ser algo intermitente, de entrada y salida. Debía comenzar muy pequeño y luego extenderse y crecer por todo el mundo sin interrupción. Note las palabras de Jesús en la parábola del trigo y la cizaña:
Mateo 13
vv. 24-30:
- «24 La siguiente es otra historia que contó Jesús: «El reino del cielo es como un agricultor que sembró buena semilla en su campo. 25 Pero aquella noche, mientras los trabajadores dormían, vino su enemigo, sembró hierbas malas entre el trigo y se escabulló. 26 Cuando el cultivo comenzó a crecer y a producir granos, la maleza también creció. 27 »Los empleados del agricultor fueron a hablar con él y le dijeron: “Señor, el campo donde usted sembró la buena semilla está lleno de maleza. ¿De dónde salió?”. 28 »“¡Eso es obra de un enemigo!”, exclamó el agricultor. »“¿Arrancamos la maleza?”, le preguntaron. 29 “No—contestó el amo—, si lo hacen, también arrancarán el trigo. 30 Dejen que ambas crezcan juntas hasta la cosecha. Entonces les diré a los cosechadores que separen la maleza, la aten en manojos y la quemen, y que pongan el trigo en el granero”».
Breve Explicación de la Parábola: ¿Gran Apostasía Después de Cristo?
Fundamentalmente, la Iglesia y el mundo, el trigo y la cizaña, crecen juntos hasta el juicio final. El trigo no es eliminado, no se marchita y muere, ni se convierte en más cizaña. No hay necesidad de seguir sembrando trigo por segunda vez para restaurar la cosecha. Aunque la cizaña crezca alrededor del trigo, en este, no hay apostasía. Ellos crecen juntos todo el tiempo y luego son divididos al final del siglo. Esto es bastante contrario a la enseñanza de una gran apostasía total. Inmediatamente después de esta parábola, Jesús explica más:
Mateo 13:31-33:
- «31-32 Jesús también les hizo esta comparación: «Con el reino de Dios pasa algo parecido a lo que sucede con la semilla de mostaza. A pesar de ser muy pequeña, cuando un hombre la siembra en su terreno, crece hasta convertirse en la más grande de las plantas del huerto. Llega a ser tan grande como un árbol, y hasta los pájaros hacen nidos en sus ramas» (TLA).
Cómo Inicia el Reino
En ambas parábolas, el reino inicia siendo bastante pequeño. Pero posteriormente, su constante crecimiento es triunfal (aunque no siempre de forma perceptible) hasta que finalmente logra el gran objetivo para el que Dios lo destinó. Su comienzo es como una semilla creciendo lentamente hasta convertirse en una gran planta. Su principio es invisible, como la levadura en la masa, hasta transformarla toda, aunque no siempre se note. Es un proceso continuo, consistente e ininterrumpido que comienza cuando Jesús planta el reino y continúa hasta el fin del siglo.
Los Profetas y el Crecimiento Continuo del Reino: ¿Gran Apostasía Después de Cristo?
Esto es, lo que efectivamente, los profetas dijeron que el Mesías vendría a hacer. Cuando Daniel describe el sueño de Nabucodonosor —la gran imagen— explica que cada metal representaba un reino humano. Luego describe una roca, no cortada por manos humanas, que golpea la imagen y hace que todos los reinos se derrumben. Lo que comienza como una piedra crece sin cesar hasta convertirse en una gran montaña y, de hecho, ¡llena toda la tierra!
Daniel 2
34-35:
- «34 Mientras Su Majestad contemplaba la estatua, una piedra que nadie arrojó vino rodando, golpeó a la estatua en los pies, ¡y la estatua se vino abajo! 35 Todos los metales de la estatua se hicieron polvo. Y enseguida vino un viento muy fuerte, y se llevó todo eso como si fuera paja. Nunca volvió a encontrarse nada de la estatua. Sin embargo, la piedra que golpeó la estatua llegó a ser una gran montaña. ¡Era tan grande que llenaba toda la tierra!» (TLA).
24:
- «Después fue Daniel adonde estaba Arioc, a quien el rey había designado para dar muerte a los sabios de Babilonia. Fue y le habló así: «No des muerte a los sabios de Babilonia. Llévame ante el rey, y declararé al rey la interpretación» (NBLA).
Dios jamás destruirá su reino ni lo abandonará a otro pueblo. Además, perdurará para siempre. Desde que la piedra establezca su reino, este avanzará, se extenderá y cumplirá su propósito en todo el mundo. Asimismo, Isaías profetizó de manera similar:
Isaías 9:6-7:
- «6 Nos ha nacido un niño, Dios nos ha dado un hijo: a ese niño se le ha dado el poder de gobernar; y se le darán estos nombres: Consejero admirable, Dios invencible, Padre eterno, Príncipe de paz. 7 Él se sentará en el trono de David, y reinará sobre todo el mundo y por siempre habrá paz. Su reino será invencible, y para siempre reinarán la justicia y el derecho. Esto lo hará el Dios todopoderoso por el gran amor que nos tiene» (TLA).
¿Quién Sería Este Niño?
El Niño nació. El Hijo fue dado. Era Jesús nuestro Señor. Su gobierno seguirá aumentando o, como lo traduce la NRSV (New Revised Standard Version), «Su autoridad crecerá continuamente». Esto no puede significar que el Hijo será dado y luego Su autoridad partirá rápidamente de la tierra y permanecerá ausente por casi dos milenios. Es una imagen de autoridad ininterrumpida sobre la tierra. Así, tenemos en los profetas la misma imagen que encontramos en las parábolas; la del pueblo de Cristo, fundado por Su autoridad inquebrantable y Su gobierno eterno, comenzando como algo pequeño y extendiéndose triunfalmente. Este era el plan de Cristo. Esta era la Promesa de Dios. Y esta supuesta doctrina de la «Gran Apostasía» está totalmente destruida.
El Hambre de la Revelación: ¿La Gran Apostasía?
Sin embargo, muchos SUD argumentan que la gran apostasía se enseña en las Escrituras. Uno de sus textos de prueba favoritos es del profeta Amós, quien escribió:
- «11 Ciertamente se acerca la hora —dice el Señor Soberano— cuando enviaré hambre a la tierra; no será hambre de pan ni sed de agua, sino hambre de oír las palabras del Señor. 12 La gente deambulará de mar a mar y vagará de frontera a frontera en busca de la palabra del Señor, pero no la encontrarán» (Amós 8:11-12 — Nueva Traducción Viviente — NTV).
¿Gran Apostasía Después de Cristo?: «autoridad sacerdotal»: ¿Desapareció de la Tierra?
Afirman que este pasaje señala la época en que la «autoridad del sacerdocio» supuestamente desapareció de la tierra, deteniendo así la revelación divina (es decir, la gran apostasía). Sin embargo, no toman en cuenta que Amós no escribía sobre la iglesia primitiva, la muerte de los apóstoles o la venida del Mesías. En realidad, este oráculo de juicio anunciaba la destrucción del reino del norte de Israel, que culminaría en el exilio asirio. De hecho, el capítulo comienza con una advertencia clara:
Amós 8:1-3
- «Esto me mostró el Señor Dios: Miré una canasta de fruta de verano, 2 y Él me preguntó: «¿Qué ves, Amós?». «Una canasta de fruta de verano», respondí. Entonces el Señor me dijo: «Ha llegado el fin para Mi pueblo Israel. Ya no volveré a dejarlos sin castigo. 3 Los cantos del palacio se convertirán en gemido en aquel día», declara el Señor Dios. «Muchos serán los cadáveres; en todo lugar los echarán fuera en silencio» (NBLA).
Es sobre un juicio del reino de las diez tribus del norte, con capital en Samaria, por su idolatría, inmoralidad e injusticia. Inmediatamente después de los versículos que a los mormones les encanta citar, leemos:
- «Además, caerán sin vida los que adoraban a los ídolos de Samaria, de Dan y de Beerseba. Juraban en nombre de esos dioses, creyendo que eran dioses vivos, por eso no volverán a levantarse» (Amós 8:14 — TLA).
¿Se Refiere lo Anterior a la Iglesia Cristiana? ¿Gran Apostasía Después de Cristo?
Los primeros cristianos después de la muerte de los apóstoles no juraron por la culpa de Samaria ni adoraron al becerro de oro en Dan. Esto no se refiere a la iglesia primitiva del Nuevo Pacto. Se refiere al Israel del Viejo Pacto. Esta profecía ya se había cumplido para cuando Jesús caminó sobre la tierra.
¿Vendrá Primero la Gran Apostasía?
Un segundo pasaje que los SUD a menudo les gusta señalar está en la carta de Pablo a los 2º Tesalonicenses 2:1-4:
- «Pero con respecto a la venida de nuestro Señor Jesucristo y a nuestra reunión con Él, les rogamos, hermanos, 2 que no sean sacudidos fácilmente en su modo de pensar, ni se alarmen, ni por espíritu, ni por palabra, ni por carta como si fuera de nosotros, en el sentido de que el día del Señor ha llegado. 3 Que nadie los engañe en ninguna manera, porque no vendrá sin que primero venga la apostasía y sea revelado el hombre de pecado, el hijo de perdición. 4 Este se opone y se exalta sobre todo lo que se llama dios o es objeto de culto, de manera que se sienta en el templo de Dios, presentándose como si fuera Dios» (Énfasis añadido).
¿Gran Apostasía Después de Cristo o en los Últimos Días?
Este pasaje, sin duda, habla de una apostasía que ocurrirá en los últimos días antes del regreso del Señor. Pero, ¿se asemeja esta apostasía profetizada a la doctrina mormona? En absoluto. No menciona la «autoridad del sacerdocio», ni sugiere que la plenitud del evangelio haya desaparecido de la tierra. Mucho menos insinúa que esta «apostasía» implique la caída total de la Iglesia.
Objeciones Mormonas
Podrían objetar lo siguiente: «Pero el texto tampoco niega esa interpretación. ¿No está usted asumiendo que no se trata de la gran apostasía?». Sin embargo, este argumento es erróneo. Primero, la enseñanza coherente de las Escrituras, previamente discutida, descarta por completo la idea de una apostasía absoluta. Segundo, tampoco menciona un colapso de la Iglesia o la pérdida de la autoridad de Cristo sobre Su pueblo. Más aún, Pablo no está introduciendo un concepto nuevo; simplemente reafirma las advertencias que Jesús ya había dado en el Discurso del Monte de los Olivos sobre los falsos maestros que proclamarían prematuramente la llegada del día del Señor.
Mateo 24:23-26
- «23 Entonces, si alguien les dice: “Miren, aquí está el Mesías” o “Allí está”, no lo crean. 24 Pues se levantarán falsos mesías y falsos profetas y realizarán grandes señales y milagros para engañar, de ser posible, aun a los elegidos de Dios. 25 Miren, que les he advertido esto de antemano. 26 Por lo tanto, si alguien les dice: “Miren, el Mesías está en el desierto”, ni se molesten en ir a buscarlo. O bien, si les dicen: “Miren, se esconde aquí”, ¡no lo crean!» (NTV).
Jesús Profetiza una Gran Apostasía
- «10 Muchos se apartarán de mí, se traicionarán unos a otros y se odiarán. 11 Aparecerán muchos falsos profetas y engañarán a mucha gente. 12 Abundará el pecado por todas partes, y el amor de muchos se enfriará; 13 pero el que se mantenga firme hasta el fin será salvo. 14 Y se predicará la Buena Noticia acerca del reino por todo el mundo, de manera que todas las naciones la oirán; y entonces vendrá el fin» (Mateo 24:10-14 — NTV).
Hasta el FIN
Note que muchos caerán, pero no todos lo harán. También habrá quienes perseveren hasta el fin. De hecho, estarán predicando y promoviendo el evangelio hasta el final. El evangelio y la autoridad para predicarlo no se han perdido, y todavía hay una iglesia fiel que lleva a cabo la obra en toda la tierra. Esto no es una apostasía completa. No es un fracaso total de la iglesia después del cual se necesita una restauración completa. Mucha gente se alejará, pero quedaran aquellos que son fieles. Ellos se salvarán. La Iglesia continuara aun a través de esto. Pablo y Jesús están hablando del mismo evento. Así como Pablo formula la apostasía en el contexto del «hombre de pecado» que se instala en el «templo de Dios» y pretende ser Dios, también Jesús relaciona esta caída con un lenguaje similar:
La «abominación de la desolación» y Mateo 24:15: ¿Gran Apostasía Después de Cristo?
- «Por tanto, cuando ustedes vean la ABOMINACIÓN DE LA DESOLACIÓN, de que se habló por medio del profeta Daniel, colocada en el lugar santo, y el que lea que entienda» (Mateo 24:15 — NBLA).
De hecho, Pablo sigue tan de cerca las enseñanzas de Jesús al respecto, que, así como Jesús dice: «Ya antes les había dicho a ustedes» (Mateo 24:25 — TLA), también escribe: «Acuérdense de que ya les había hablado de esto cuando estuve con ustedes» (2ª Tesalonicenses 2:5). Así, las palabras de Jesús y de Pablo se aclaran mutuamente. Ambas describen lo mismo. Y cuando las juntamos, está claro que la apostasía descrita no es un acontecimiento donde el evangelio o la autoridad de Cristo son perdidos por toda la iglesia. La iglesia de Cristo continúa, tal como Él prometió que lo haría.
Por, Luke Wayne
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