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En el cristianismo, el legalismo es el uso excesivo e inapropiado de la ley: los 10 mandamientos, las leyes de santidad, etc. Este legalismo puede tomar formas diferentes. La primera, es cuando una persona intenta guardar la ley para obtener salvación. La segunda, es cuando una persona guarda la ley para sostener su salvación. La tercera, es cuando un cristiano juzga a otros cristianos por no guardar ciertos códigos de conducta que él / ella piensa necesitan ser guardados. Vamos a examinar cada uno de ellos detenidamente.

La primera: La clase de legalismo donde se intenta guardar la ley para obtener salvación. Esto, es herejía, una doctrina completamente falsa. No somos capaces de obtener salvación por guardar la ley:

  • «Porque concluimos que el hombre es justificado por la fe aparte de las obras de la ley» (Romanos 3:28).
  • «Mas al que no trabaja, pero cree en aquel que justifica al impío, su fe se le cuenta por justicia» (Romanos 4:5).
  • «No hago nula la gracia de Dios, porque si la justicia viene por medio de la ley, entonces Cristo murió en vano» (Gálatas 2:21).

Simplemente, es más que un imposible pretender guardar la ley para ser salvo. Por lo tanto, tratar y pensar que la salvación se obtiene por nuestros esfuerzos, es una falsa enseñanza. Es tan malo, que aquellos que piensan que pueden lograr su salvación de esta forma, no pueden ser cristianos ya que están negando la salvación por gracia por medio de la sola fe.

La segunda: La clase de legalismo donde una persona trata o sostiene su salvación guardando la ley. Esto es también una falsa doctrina. Recibimos nuestra salvación por fe (Efesios 2:8-9), no por nuestra habilidad para ser bueno, porque nadie hace lo bueno (Romanos 3:10-12). Como estos versículos claramente muestran, nuestra justificación es por fe, no por fe + obras. Aún más, hay una serie de serias advertencias acerca de intentar guardar la Ley para sostener nuestra salvación:

  • «Porque todos los que son de las obras de la ley están bajo maldición, pues escrito está: Maldito todo el que no permanece en todas las cosas escritas en el libro de la ley, para hacerlas» (Gálatas 3:10).
  • «Porque cualquiera que guarda toda la ley, pero tropieza en un punto, se ha hecho culpable de todos» (Santiago 2:10).

Por lo tanto, si una persona está buscando ser salvo por sus obras (ley), o sostener su salvación por obras (ley), entonces, está en la obligación de guardarla toda, y si no lo hace, es culpable delante de Dios. Considere las palabras de Jesús en Mateo 7:22-23: «Muchos me dirán en aquel día: «Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros?». 23 Y entonces les declararé: «Jamás os conocí; apartaos de mí, los que practicáis la iniquidad».

Jesús los condena porque estaban apelando a su salvación basados en su fe y en creer que estaban haciendo buenas obras. Sería por lo tanto obvio que no guardamos ni sostenemos nuestra salvación con nuestros esfuerzos.

La tercera: La clase de legalismo donde un cristiano guarda ciertas leyes y se refiere a otros cristianos que no tienen su nivel de santidad con desprecio, lo cual es, un problema frecuente en la iglesia. Queremos dejar en claro, que todo cristiano debe abstenerse de fornicación, adulterio, pornografía, mentira, robo, etc. Los cristianos tienen un derecho de juzgar la espiritualidad de otros cristianos en estas áreas donde la Biblia claramente habla. Pero en áreas debatibles necesitamos tener más cuidado, y es aquí donde el legalismo es más difícil de definir. Romanos 14:1-12, dice que no estamos para juzgar a nuestros hermanos en temas debatible. Una persona puede comer cierta clase de comida mientras que otro no lo hará. Una persona puede adorar en un día particular mientras que otra no. Se nos dice que dejemos que cada persona esté convencida en su propia mente: «Uno juzga que un día es superior a otro, otro juzga iguales todos los días. Cada cual esté plenamente convencido según su propio sentir» (Romanos 14:5). En la medida en que nuestra libertad no viole las Escrituras, entonces, todo deberá estar bien.

Por Matt Slick

Presidente y Fundador del Ministerio de Apologética e Investigación Cristiana. Matt obtuvo su Licenciatura en Ciencias Sociales en la Universidad Concordia, en Irvine, California en 1988. Obtuvo su Maestría en Divinidades en el Seminario Teológico de Westminster en Escondido, California en 1991.

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