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Fue uno de los dioses falsos que Israel adoró durante el tiempo de la apostasía. Esta deidad falsa está asociada con los hijos abominables de Amón. 1º Reyes 11:7 dice:
«Entonces Salomón edificó un lugar alto a Quemos, ídolo abominable de Moab, en el monte que está frente a Jerusalén, y a Moloc, ídolo abominable de los hijos de Amón».
Una de las prácticas en el culto a Moloc era sacrificar los hijos de aquellos que participaban en estos cultos. Lógicamente, esto está prohibido por la Ley de Dios. Levítico 18:21 dice: «Tampoco darás hijo tuyo para ofrecerlo a Moloc, ni profanarás el nombre de tu Dios; yo soy el Señor» (Leer también, Levítico 18:21; 20:2-5; 2º Reyes 23:10; Jeremías 32:35).
En algunos pasajes, la referencia es clara hacia una deidad a quien se le ofrecen sacrificios humanos, particularmente en el Valle de Hinom al suroeste de la colina de Jerusalén (2° Reyes 23:10; Jeremías 32:35) en un sitio conocido como Tofet («fogón» en siriaco).[1]
Los antiguos calentaban este ídolo hasta que brillaba, tomaban entonces a sus hijos recién nacidos, los colocaban en los brazos del ídolo y los miraban como morían quemados. No puedo dejar de comparar la masacre del aborto en este tiempo al sacrificio de niños por estos paganos de la antigüedad. En ambos casos, vidas inocentes son destruidas para la ganancia de otros, incluyendo los padres.
Notas a pie de página:
[1] «El Diccionario de la Nueva Biblia» («The New Bible Dictionary»), Wheaton, Illinois: Tyndale House Publishers, Inc., 1962.