La Biblia no es la Palabra de Dios; Esta Contiene la Palabra de Dios

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22 de noviembre de 2008

Una de las objeciones levantadas por los críticos con relación a la inspiración de la Biblia es que ésta no es la Palabra de Dios sino que contiene la Palabra de Dios. ¿Es esto correcto? No. Primero que todo, esto no encaja con lo que la Biblia dice acerca de sí misma. La colección de 66 libros que la iglesia cristiana reconoce como inspirados, habla de las muchas palabras de Dios en muchos lugares de la Biblia.

  1. «Así dice el Señor» ocurre más de 400 veces.
  2. «Dijo Dios» ocurre 42 veces en el Viejo Pacto y cuatro veces en el Nuevo.
  3. «Habló Dios» ocurre 9 veces en el Viejo Pacto y 3 veces en el Nuevo.
  4. «El Espíritu del Señor habló» a través de personas: 2º Samuel 23:2; 1º Reyes 22:24; 2º Crónicas 20:24.

Claro está que aquellos que dicen que la Biblia en sus documentos originales tuvo errores, rechazarán la exactitud de estas Escrituras; es decir, negarán que la Palabra de Dios no tenga error, incluso en los originales.

Si recurrir a la Biblia en un sentido general no es suficiente, consideremos que Jesús dijo que la ley, los Profetas y los Salmos (todo el Viejo Pacto) eran Escritura, y que las Escrituras no pueden quebrantarse ni fallar (Juan 10:35).

Algunos podrían decir que hay casos de versículos que «contienen» Palabra de Dios, pero que esto no significa que la Biblia sea Palabra de Dios. El problema es tratado por Jesús.

  • «Y les dijo: Esto es lo que yo os decía cuando todavía estaba con vosotros: que era necesario que se cumpliera todo lo que sobre mí está escrito en la ley de Moisés, en los profetas y en los salmos. 45 Entonces les abrió la mente para que comprendieran las Escrituras» (Lucas 24:44-45).

Note que Jesús habla acerca de lo que está escrito con relación a Él en el Viejo Pacto; en el siguiente versículo el apóstol Juan escribe que Jesús les abrió la mente de ellos para entender las Escrituras. ¿Cuáles Escrituras? La ley (Moisés), los profetas y los salmos. Esta era una designación común para el Viejo Pacto. Jesús dice que la forma escrita de este Pacto es Escritura la cual llamaba «la Palabra de Dios» y acerca de la cual discute con los líderes religiosos los cuales violaban estas Escrituras

  • «no necesitará más honrar a su padre o a su madre. Y así invalidasteis la palabra de Dios por causa de vuestra tradición» (Mateo 15:6).
  • «invalidando así la palabra de Dios por vuestra tradición, la cual habéis transmitido, y hacéis muchas cosas semejantes a estas» (Marcos 7:13).
  • «Si a aquellos, a quienes vino la palabra de Dios, los llamó dioses (y la Escritura no se puede violar)» (Juan 10:35).

Jesús nunca dijo que las Escrituras contienen la Palabra de Dios. Él dijo que estas eran Palabra de Dios. Por lo tanto, podemos ver que la Palabra de Dios es la forma escrita de la Escritura. De hecho, Pablo nos dice que no pensemos más allá de lo que está escrito y de lo que contiene la Palabra de Dios.

  • «Esto, hermanos, lo he aplicado en sentido figurado a mí mismo y a Apolos por amor a vosotros, para que en nosotros aprendáis a no sobrepasar lo que está escrito, para que ninguno de vosotros se vuelva arrogante a favor del uno contra el otro» (1ª Corintios 4:6).

Es la forma escrita, la Escritura, la que se proclama como la Palabra de Dios, la cual no puede quebrantarse y es el estándar de lo que no podemos exceder. Esto puede ser solamente verdadero, si la forma escrita es la Palabra de Dios, no sólo algo que subjetivamente contiene la Palabra de Dios.

¿Qué significa la Palabra de Dios?

La Biblia está llena de citas que hablan acerca de Dios. Sin embargo, contiene palabras pronunciadas por hombres que no fueron inspiradas por Dios tales como Judas, Herodes, etc. Por ejemplo, Satanás, mintió cuando le habló a Eva en el huerto del Edén. Esto significa que la Biblia también contiene un registro de una mentira. ¿Pero cómo tal clase de mentira puede estar incluida en la Palabra de Dios y ser todavía esta Palabra sin error, ya que la mentira es en sí misma, un error?

La respuesta es que la Biblia registra de manera inequívoca la mentira. En la proclamación de su verdad y en la revelación de la voluntad de Dios esta mentira registrada no le agrega errores a la Biblia. En los lugares donde la Palabra registra por parte de varios individuos las mentiras, los fracasos, la deshonestidad, etc. lo hace perfectamente y sin error. De igual manera, cuando la Palabra registra eventos históricos, genealogías, etc., lo hace usando los idiomas y las normas culturas de la época y sin error.

Jesús reconoció esto cuando dijo que la Palabra de Dios, la Escritura, no puede ser quebrantada. Esto significa que ésta, no puede fallar. ¿Por qué? Debido a que la Escritura como forma escrita de la Palabra de Dios es inspirada y, por lo tanto, debe ser cumplida. Recuerde que Jesús llamó Escritura a la ley, los Profetas y los Salmos (lo que formaba parte del Viejo Pacto) y dijo que las Escrituras no podían ser quebrantadas ni tampoco violadas. Obviamente, Él se estaba refiriendo a la forma escrita del Viejo Pacto:

  • «Y les dijo: Esto es lo que yo os decía cuando todavía estaba con vosotros: que era necesario que se cumpliera todo lo que sobre mí está escrito en la ley de Moisés, en los profetas y en los salmos. 45 Entonces les abrió la mente para que comprendieran las Escrituras» (Lucas 24:44-45).
  • «Si a aquellos, a quienes vino la palabra de Dios, los llamó dioses (y la Escritura no se puede violar)» (Juan 10:35).

Si la mención de una ciudad es incorrecta, ¿no es eso una falla de la Escritura? Si una fecha está equivocada, ¿no es eso una falla de la Escritura? De igual manera, ¿no sería un error una falla en la Escritura? ¡Claro que sí! Pero Jesús dijo que las Escrituras no pueden ser quebrantadas; no pueden fallar. ¿Está Jesús equivocado?

¿Es también el Nuevo Pacto Escritura?

No hace decir que el Nuevo Pacto es también Escritura; sin embargo, la iglesia temprana reconoció los documentos del Nuevo como auténticos e inspirados y los incluyeron en el Canon de la Escrituras con los del Viejo Pacto. Pablo reconoció la autoridad que la Palabra tiene en la iglesia. Tome por ejemplo lo que dijo a los Colosenses:

  • «Cuando esta carta se haya leído entre vosotros, hacedla leer también en la iglesia de los laodicenses; y vosotros, por vuestra parte, leed la carta que viene de Laodicea» (Colosenses 4:16).[1]

De igual manera, Pedro hizo un interesante comentario acerca de los escritos de Pablo cuando dice:

  • «Asimismo en todas sus cartas habla en ellas de esto; en las cuales hay algunas cosas difíciles de entender, que los ignorantes e inestables tuercen —como también tuercen el resto de las Escrituras— para su propia perdición» (2ª Pedro 3:16).

Pedro llamó a los escritos de Pablo Escrituras. A su vez, Pablo llamó a las Escrituras «aliento de Dios», y Jesús dijo que las Escrituras no pueden fallar.

La Escritura es Aliento de Dios

  • «Toda Escritura es inspirada por Dios y útil para enseñar, para reprender, para corregir, para instruir en justicia, 17 a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, equipado para toda buena obra» (2ª Timoteo 3:16-17).

La palabra «inspirada» es, literalmente «aliento de Dios». Esta es una frase interesante ya que implica que las Escrituras provienen de la misma boca de Dios.

De igual manera, Pedro en 2ª Pedro 1:21 dice: «pues ninguna profecía fue dada jamás por un acto de voluntad humana, sino que hombres inspirados por el Espíritu Santo hablaron de parte de Dios». Pedro está declarando que la profecía no es el producto de la voluntad divina; más bien, la profecía ocurre a través de aquellos que son movidos por el Espíritu Santo.

Dios habló a través de la boca de los profetas: «Pero Dios ha cumplido así lo que había antes anunciado por boca de todos sus profetas, que su Cristo había de padecer» (Hechos 3:18).

Lucas, el escritor de Hechos, claramente entendió que las Escrituras del Viejo Pacto son dadas por Dios a través de los profetas. De hecho, encontramos otras referencias al Viejo Pacto con relación a Dios, hablando a través de los profetas.

  • Palabras habladas a través del profeta Jeremías están registradas en Mateo 2:17, 27:9.
  • Palabras habladas a través del profeta Isaías están registradas en Mateo 1:22; 8:17; Juan 12:37.
  • Palabras habladas a través de los profetas Moisés y Oseas registradas en Mateo 2:15.
  • Palabras habladas a través del profeta David registradas en Mateo 13:34.
  • Palabras habladas a través del profeta Zacarías registradas en Mateo 21:4.
  • Palabras habladas a través de los profetas, registradas en forma general en Mateo 26:56.

Debido a que los profetas hablan por Dios, escriben la Escritura y hacen profecías, las Escrituras deben ser cumplidas. Son las Escrituras escritas las que son referenciadas aquí. Estas referencias no son vagas y ambiguas a algunas partes de la Biblia que pueda «contener» la Palabra de Dios.

El problema de la subjetividad

Si la Biblia contiene la Palabra de Dios, pero no es la Palabra de Dios, debemos entonces,
preguntarnos ¿cuáles partes de la Biblia son Palabra de Dios y cuáles no? El problema al
responder esta pregunta es que aquel que busca esto, se coloca inadvertidamente como juez de lo que es y lo que no es inspirado y sin error. Pero ¿bajo qué estándar hace esa persona esa clase de juicio?

¿Qué hay acerca de las numerosas contradicciones en la Biblia?

Es cierto que hay dificultades en la Palabra de Dios. Pero estas se deben a errores cometidos por los copistas a través de los siglos. En la medida en que se descubre más y más evidencia histórica, arqueológica y a nivel de manuscritos, existen menos dificultades.

Conclusión

Cuando se reclama que la Biblia contiene la Palabra de Dios, pero no es la Palabra de Dios, se hace generalmente debido a que los críticos en contra de la inspiración quieren asegurar que los documentos originales en la Biblia contienen errores. El problema es que esto mina la verdad de la Palabra de Dios. ¿Cómo decidimos lo que es y no es inspirado y por lo tanto verdadero, si el mismo aliento de Dios que se mueve a través de un pecador resulta en documentos con errores? ¿Inspira esto credibilidad en la Palabra de Dios? ¿Promueve esto seguridad y descanso al que cree en la Palabra de Dios? Obviamente no.

Esto mina la fe de los cristianos y es naturalmente, un peligro y una falsa enseñanza.

 Notas a pie de página:
[1] Las Epístolas de los apóstoles eran leídas públicamente en las asambleas de las diferentes Iglesias. Ignacio [Epístola a los Efesios, 12], Policarpo [Epístola a los Filipenses, 3.11,12], Clemente [Epístola a los Corintios, 1.47]" (Jamieson, Robert; Fausset, A.R.; y Brown, David. Comentario Crítico y Explicativo de Toda la Biblia. Oak Harbor, WA: Logos Research Systems, Inc., 1998).

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